Expertos recomiendan no mirar ninguna luz a menos de 20 centímetros

La excesiva exposición puede producir desde queratoconjuntivitis hasta cataratas

Publicado: 02 ene 2024 - 22:30

Un óptico optometrista realiza una revisión a una mujer.
Un óptico optometrista realiza una revisión a una mujer.

Expertos recomiendan no mirar a ninguna fuente de luz, natural o artificial, a menos de 20 centímetros de distancia, tal y como sostiene el Dr. Javier Moreno Manresa oftalmólogo especialista en retina y vítreo.

Según explican, la luz actúa sobre la retina estimulando los fotoreceptores que, ante la presencia lumínica, liberan una gran cantidad de sustancias químicas.

Ante esto, el doctor Moreno Manresa defiende que si hay un exceso de estas sustancias químicas “se puede producir un daño en los mismos fotoreceptores que dejarán de funcionar adecuadamente y, por tanto, se producirá una disminución de la visión”. Un ejemplo de esta excesiva exposición a la luz, expone, es la que se produce cuando se mira directamente al sol, lo que “genera un daño irreversible en la mácula” (la parte central de la retina).

Además de en la mácula, la luz ultravioleta del sol o de su reflejo en el agua o la nieve, o la que procede de los equipos de soldadura, por ejemplo, “puede producir quemaduras superficiales en la córnea y en la conjuntiva, llamadas queratoconjuntivitis actínica, que es bastante dolorosa”. De hecho, recuerda que cualquier fuente de luz tiene la capacidad de causar daño en la vista. En todo caso, este daño dependerá de la intensidad de la luz y del tiempo de exposición y la distancia a la que el ojo se encuentre de la fuente de luz. “Como regla general, no es sano observar directamente una fuente de luz, especialmente si se trata de luz intensa de alta potencia”, afirma el Doctor Javier Moreno de la Clínica Vithas Cadarso. El exceso de exposición a la luz también puede afectar al cristalino, ya que desarrolla opacidades (cataratas) que disminuyen la visión y requieren de cirugía para su extracción. Asimismo, una misma fuente de luz puede producir distintas reacciones en distintas personas, ya que la sensibilidad a la luz varía de una persona a otra.

De todas formas, advierte el especialista Javier Moreno, “como medida de precaución, no es conveniente observar directamente ninguna fuente de luz a menos de 20 centímetros de distancia” para prevenir daños en general.

Clasificación de las lámparas

A partir de los resultados de estas pruebas estándar, las lámparas se clasifican en cuatro grupos de riesgo: “exentas de riesgo” (RG0), “bajo riesgo” (RG1), “riesgo medio” (RG2) y “alto riesgo” (RG3). En general, la mayoría de lámparas pertenecen al grupo de “exentad de riesgo” (RG0).

Los tipos de lámparas de “riesgo medio” o “riesgo alto” se destinan normalmente a tan solo a usos profesionales en lugares controlados donde no representen ningún peligro.

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