El examen teórico de conducir cambia para siempre: adiós a memorizar test a partir de 2025
La DGT introduce nuevas señales desde octubre y, en 2026, vídeos con situaciones reales para evaluar la reacción de los aspirantes
El clásico método de memorizar test para aprobar el examen teórico de conducir tiene los días contados. A partir de octubre de 2025, la Dirección General de Tráfico (DGT) pondrá en marcha una reforma integral que busca formar conductores más preparados y conscientes, reduciendo la siniestralidad entre los noveles.
De la memorización a la comprensión
Durante décadas, miles de aspirantes han preparado la prueba teórica repitiendo test hasta aprender las respuestas de memoria. Sin embargo, este método provoca que muchos alumnos, pese a aprobar, se enfrenten con inseguridad y desconcierto durante las prácticas.
El nuevo modelo mantendrá la estructura actual de 30 preguntas y un máximo de tres fallos, pero añadirá contenidos actualizados y más prácticos. Desde octubre de 2025 se incluirán preguntas sobre nuevas señales de tráfico aprobadas este mismo año, como pictogramas para patinetes eléctricos, símbolos inclusivos en cuanto al género o estaciones de servicio exclusivas para vehículos eléctricos.
La gran revolución: vídeos interactivos en 2026
El verdadero cambio llegará en 2026, cuando el examen incorporará vídeos cortos con situaciones reales de riesgo en carretera, siguiendo modelos implantados en Reino Unido y Francia.
Los aspirantes deberán decidir cómo actuarían ante imprevistos, como la irrupción repentina de un peatón, un coche averiado en el arcén o condiciones meteorológicas extremas.
Una transición que genera debate
El anuncio ya ha generado reacciones encontradas. Muchos futuros conductores están adelantando sus exámenes para evitar la nueva modalidad, que perciben como más exigente. Mientras, autoescuelas y centros de formación se enfrentan al reto de actualizar manuales y materiales didácticos para adaptarse a la normativa.
Desde Pyramid Consulting, expertos en derecho de tráfico, destacan que este cambio “obligará a una adaptación tanto de los alumnos como de las autoescuelas, pero permitirá que los exámenes reflejen mejor las situaciones reales de tráfico”.
Aunque la transición será compleja, los expertos coinciden en que este nuevo modelo acerca la formación de conductores españoles a los estándares europeos más avanzados, dejando atrás el aprendizaje mecánico para dar paso a una formación más segura y eficaz.
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