Europa pugna por el negocio espacial con un nuevo cohete

La Agencia Espacial Europea (ESA) inaugurará hoy su nuevo cohete, Vega-C, que reducirá el coste de poner en órbita satélites y mejorará la competitividad europea en este sector estratégico.

El responsable del Programa de Vuelos de la agencia, Stefano Bianchi, explica que “el valor económico del espacio crecerá y debemos estar ahí”. El ingeniero italiano añade, en declaraciones por teléfono desde la base de Kurú, en la Guayana Francesa, que “el acceso independiente al espacio es un factor estratégico y crucial”.

Salvo imprevistos, como el que obligó a posponer su inauguración el 7 de julio, Vega-C se lanzará hoy desde este enclave sudamericano a las 11,13 horas GMT (13,13 horas en España) y su vuelo inaugural será seguido desde el Centro de Observación Terrestre (ESRIN) en Frascati, a las puertas de Roma.

La evolución de 'Vega'

Vega-C es una lanzadera de un solo cuerpo de 35 metros de altura con una masa de 210 toneladas en el despegue. El cohete es capaz de colocar aproximadamente 2.200 kilogramos en una órbita polar de referencia a 700 kilómetros de altitud. El aparato, desarrollado mayoritariamente por Italia pero con participación de varios países, entre ellos España, es la evolución de Vega, en servicio desde 2012. Permitirá aumentar la carga que se envía a la baja órbita terrestre, haciéndola más “conveniente”, según el científico italiano.

Entre otras cosas, una de sus ventajas es que podrá transportar objetos de hasta 2.500 kilos, frente a los 1.450 de su hermana pequeña: “Es como si tienes un furgón que transporta dos toneladas y otro, tres por el mismo precio”, alega Bianchi. “Por lo tanto reduce el coste por kilo, porque obviamente trabajamos en reducir los costes de lanzamiento para ser más competitivos y flexibles”, explica.

Bianchi considera que en este tipo de operaciones rige en primer lugar el factor estratégico; de lo que se trata es de garantizar el acceso independiente de Europa al espacio en plena carrera con otras agencias. Y pone como ejemplo que la Roscosmos rusa haya detenido el lanzamiento de sus Soyuz desde Kurú. Pero, por otro lado, hay una clave económica ya que la demanda de servicios satelitales precisos está en auge. Sus aplicaciones son muchas y, de hecho, cotidianas; como el GPS o la información meteorológica en el teléfono.