Un estudio revela nuevos datos sobre las dietas cetogénica y paleolítica

Un equipo de la Universidad de Tulane evaluó la calidad nutricional y el impacto ambiental de las dietas populares, cumpliendo con puntajes de calidad de la dieta utilizando datos de más de 16,000 dietas de adultos recopilados por la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición. A las dietas individuales se les asignaron valores de puntos basados en el índice federal de la alimentación saludable y se calcularon las puntuaciones promedio para quienes consumían cada tipo de dieta.

Los resultados indicaron que las dietas cetogénica y paleolítica recibieron los puntajes más bajos relacionados con la calidad nutricional y tuvieron las huellas de carbono más altas. Se estimó que la dieta cetogénica genera cerca de 3 kilogramos de dióxido de carbono por cada 1000 Kilocalorías consumidas, siguiendo con la dieta paleolítica que obtuvo una huella de carbono alta con 2.6 kilogramos de dióxido de carbono por cada 1000 Kilocalorías.

En cuando a calidad nutricional de las dietas analizadas, la dieta pescetariana (en las que no se consume carne, pero sí pescado) obtuvo la puntación más alta seguida por las dietas vegetariana y vegana. La dieta omnívora representó el 86% de los participantes y se situó en el medio respecto a la calidad y sostenibilidad, no obstante, cuando optaban por las versionas de dieta DASH (con limitación de carnes grasas) o por la dieta Mediterránea (más vegetales), mejoraron tanto las huellas de carbono como los puntajes de calidad nutricional.

El estudio concluye que las dietas pescetarianas pueden ser las más saludables, pero las dietas basadas en plantas tienen una huella de carbono más baja que otras dietas populares, incluidas las dietas de estilo ceto y paleo.