Un estudio advierte de que el cambio de hora daña la salud
Un año más, el cambio de hora de la madrugada del domingo enfrenta a partidarios y detractores
En la madrugada del sábado al domingo, a las 02:00 (1:00 en Canarias) serán las 03:00 (02:00 en Canarias). De acuerdo con la normativa en vigor, este horario de verano se extenderá hasta el próximo 26 de octubre.
El cambio de hora trae un año más las discrepancias de los expertos. Los físicos Jorge Mira Pérez y José María Martín Olalla, de las universidades de Santiago de Compostela y Sevilla, señalaron que los países de la Unión Europea (UE) tienen diferentes circunstancias al estar en distintas latitudes y que “en Finlandia no tienen que hacer el cambio de hora porque en España sea útil y al revés”. Por el contrario, el presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), César Martín, abogó por quedarse con “el horario de octubre” -terminología que prefiere sobre la expresión ‘horario de invierno’ ya que considera que “condiciona un poco la opinión de la ciudadanía”- dados sus beneficios para la salud.
Un estudio mundial en el que participa Darío Acuña, profesor emérito del Departamento de Fisiología de la UGR, avisa del impacto biológico negativo que tiene el cambio horario en las personas y apuesta por mantener el horario de invierno, al ser más equilibrado. El trabajo argumenta que las variaciones de luz a lo largo de las estaciones son suaves para permitir la adaptación humana, suavidad que el cambio al horario de verano rompe. Además, el horario de invierno evita el exceso de luz por la tarde/noche, considerado perjudicial para la salud al alterar el sistema cronobiótico de las personas.
Investigación europea
El investigador de la UGR Darío Acuña también, junto a científicos de diferentes especialidades, en el “Committee on Transport and Tourism”, dependiente del Parlamento Europeo, una reunión que analiza la utilidad de discontinuar el cambio estacional de hora en la Unión Europea. “Los seres vivos, y me voy a referir ahora al ser humano, llevamos unos cuantos años en este planeta, y nos hemos adaptado perfectamente a esos ciclos a través de un exquisito mecanismo de relojería que está constituido por unas 20.000 neuronas localizadas en los núcleos supraquiasmáticos (NSQ) del hipotálamo, una zona del cerebro muy antigua filogenéticamente, y que por eso refleja un mecanismo puesto en marcha con la evolución para adaptarnos al ciclo anual de estaciones”, explicó Darío Acuña, autor principal del estudio.
El reloj biológico central en los NSQ expresa de manera rítmica una serie de genes y proteínas llamadas “genes y proteínas reloj”, que siguen un ciclo de cerca de 25 horas en los animales diurnos como el ser humano, pero se sincronizan a 24 horas por el ciclo luz/oscuridad a través de unas neuronas de la retina, las células ganglionares intrínsecamente fotosensibles.
Estas se excitan directamente por la luz, sin necesidad de fotorreceptores, enviando información por el nervio óptico a esas neuronas del reloj biológico a las que informan del espectro electromagnético que las alcanza en cada momento a lo largo de las 24 horas. De esta manera, el reloj biológico humano sabe calcular la hora del día en que se encuentra, pero también, con el suave cambio estacional horario, sabe en qué día del año está.
El exceso de luz en verano puede provocar trastornos en el sueño
El exceso de luz altera el mecanismo de sincronización endógena cuando se recibe más luz blanca por la tarde/noche, una de las causas más frecuentes de trastornos de sueño por alteración del sistema circadiano. “Y, precisamente, la alteración del sistema circadiano es lo que ocurre cuando se cambia la hora”, recordó el profesor Acuña.
Al adelantar una hora, los relojes digitales y mecánicos se ajustan, como se hará el próximo fin de semana, pero el reloj biológico no cambia su hora, alterándose la luz que recibe y, por tanto, las señales que emite tanto a la pineal como al resto de los relojes biológicos del organismo.
Esto provoca un proceso de desincronización interna y la alteración del sistema cronobiótico, apuntó el estudio. Según la investigación, la desincronización interna afecta a los 30 billones de relojes biológicos del organismo y causa alteraciones en la fisiología, cuyas manifestaciones son diferentes en cada caso.
El informe de expertos mundiales revela efectos adversos como alteraciones cognitivas de atención y memoria en los días siguientes al cambio horario (por alteración del ritmo circadiano de los neurotransmisores cerebrales); el aumento de riesgo cardiovascular, sobre todo en mujeres en el cambio a horario de verano; alteraciones de la presión arterial, afectación de la inmunoprotección, incluyendo aumento de alergias, ataques de artritis reumatoide y patologías que están relacionadas y tienen que ver con problemas de envejecimiento.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último