Los enfermos de poliposis nasal quieren "respirar" con mejores tratamientos
Esta inflamación de la mucosa afecta a 280.000 pacientes en España
Mucho antes de que en el vocabulario del día a día de la pandemia se incluyese la palabra “anosmia”, parte de los 280.000 pacientes que sufren en España poliposis nasal ya sufrían los efectos de esta disfunción que te impide detectar la llegada de la primavera, disfrutar con los olores y sabores de la mesa y también alarmarte ante las señales de la comida quemada.
La anosmia, la pérdida del sentido del olfato, es uno de los síntomas frecuentes en los pacientes con poliposis nasal, una enfermedad crónica que causa además otras dificultades respiratorias y mucosidad y otros síntomas que se podrían evitar si los pacientes accedieran a los tratamientos disponibles que actualmente no se ofrecen para todos y que además no tienen prácticamente contraindicaciones.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) presentaron un documento de consenso en el que reclaman tratamientos más eficaces para sus pacientes y financiación para los fármacos biológicos.
Actualmente solo se dispensan en último lugar, en caso de que no funcionen ni los fármacos tradicionales ni las intervenciones quirúrgicas.
La poliposis nasal se produce por una inflamación crónica que con frecuencia se asocia al asma grave o a una alergia respiratoria. De hecho, uno de cada cuatro pacientes con asma tiene pólipos nasales.
Se trata de una patología crónica que tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y limita su productividad laboral y académica, según denunció Vanessa Limonge, presidenta de la recién creada plataforma Aepona, que agrupa a los pacientes con poliposis nasal.
Vanessa toma entre diez y doce tandas de corticoides al año porque, según explica, genera mucosidades muy espesas que se le acumulan en los oídos como si fueran una especie de pegamento. “He estado muchos años despertándome cinco veces por la noche por no poder respirar”, relata.
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