La discapacidad, asignatura pendiente de las instituciones
Las barreras físicas y prejuicios siguen presentes en algunos discursos, incluso de los diputados
Poco a poco las personas con discapacidad se han ido haciendo un hueco en las diferentes esferas de la vida pública y también en la política, donde las barreras físicas, obstáculos y prejuicios siguen presentes en algunos discursos y la discriminación llega incluso hasta los diputados. Lo vivió en primera persona la procuradora de las Cortes de Castilla y León con el PSOE, Noelia Frutos, que tiene enanismo diastrófico y cuyo desencuentro en el mes de mayo con el líder regional de Vox, Juan García Gallardo, saltó a las portadas de todos los medios.
En medio de un debate parlamentario, el actual vicepresidente de la Junta de Castilla y León le espetó: “No la voy a tratar con ninguna condescendencia a sus faltas de respeto y le voy a responder como si fuera una persona como todas las demás”. Frutos cree que lo que dijo “es lo que pensaba en ese momento” y opina que el peligro es que, como Gallardo, “todavía hay gente que no considera que las personas con discapacidad somos personas normales”.
Cuatro personalidades políticas con discapacidad han hablado para compartir los retos a los que se enfrentan dentro de las instituciones políticas y los prejuicios con los que se han encontrado durante su carrera profesional.
Diputado en silla de ruedas
Francisco Vañó fue la primera persona en silla de ruedas -debido a un accidente de tráfico que le causó una paraplejia- que llegó al Congreso de los Diputados. Fue en 2004, y su llegada a la Cámara Baja provocó un gran revuelo mediático, ya que hubo que hacer numerosas modificaciones para adaptar las instalaciones.
“La silla de ruedas en un principio llamaba la atención”, pero después de él entró su compañero de partido Ignacio Tremiño, y años después el actual portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. En su opinión, en la política no existe un “prejuicio deliberado” hacia las personas con discapacidad, sino que hay desconocimiento y la gente “tiende a rechazar” lo desconocido.
Mercedes López Romero entró de parlamentaria en Andalucía en el año 2019 de la mano de Ciudadanos y se enfrentó a un ambiente que le dificultaba su trabajo por culpa de la ceguera que sufre desde los siete años. Al subir al atril no podía ver los tiempos establecidos para las intervenciones, por lo que pidió a la presidenta que le avisara a falta de un minuto para terminar. Ésta le contestó que no podía, ya que “no era algo que se hubiera hecho nunca y por reglamento estaba prohibido”.
Pilar Lima, sorda de nacimiento, es actualmente secretaria general de Podemos en la Comunidad Valenciana y portavoz parlamentaria del Grupo Podemos en las Cortes Valencianas y también se ha enfrentado a situaciones parecidas.
“En el mundo de la política, las personas sordas tenemos problemas de participación porque no hay intérpretes de lengua de signos”, explica Lima. Considera que al entrar en las instituciones “es cuando se van adaptando los espacios para las personas con discapacidad” y es importante que poco a poco se avance en esta lucha.
Los expertos en comunicación abogan por eliminar las barreras
Pese a que, desde su propia experiencia, los entrevistados consideran que muchas personas dentro de la sociedad los ven menos válidos debido a sus discapacidades, los expertos en comunicación política coinciden en que aquellas que muestran validez y voluntad no tienen ningún problema para poder acceder a cargos públicos, sean de la responsabilidad que sean.
Luís García Tojar, experto en la mediatización del carisma político explica que es importante que un político con discapacidad hable sobre este tema en sus discursos pero que en ningún caso esto debe convertirse en el tema principal de sus intervenciones, aunque esas pinceladas que pueda ofrecer en sus palabras sobre discapacidad ayuden a la concienciación social.
Considera que, en general, una persona con discapacidad “puede comunicar eficazmente que es posible superar una condición de discapacidad, sea la que sea y poder alcanzar una posición pública destacada”. Jorge F. Santiago Barnés, experto en creación y análisis de imágenes de políticos, explica que está demostrado que la condición de discapacidad no tiene ninguna influencia negativa para el electorado y que una persona con una discapacidad no parte con desventaja respecto a una persona que no la tenga.
Para él, “todas las personas podemos aportar algo de alguna manera”, y para ello “debemos descubrir cuáles son las principales fortalezas que cada uno de nosotros tenemos y no fijarnos en las posibles limitaciones que podamos tener”.
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