Un desfile intergeneracional que desafió a la lluvia y alegró Xinzo

Si algo caracteriza la fuerza del Entroido de Xinzo es que todo el mundo participa de él. El desfile de este martes dio muestra de ello, y es que desde Edelmiro Cerredelo -el historiador local que estos días deja a un lado su afán por recordar viejas historias de la villa para disfrutar de las fiestas-, hasta pequeños vestidos de novios indios que participaron en la cita subidos a sus carritos de bebé, nadie se perdió el desfile limiano pese a que, en los últimos compases, la lluvia tampoco quiso faltar.

Edelmiro, o “Miro” para sus conocidos, abrió la comitiva pasadas las 12,30 horas del mediodía vestido de “jefe del Estado” limiano. A su paso se oyeron gritos de “Viva el rey” y muchos aplausos. Tras él desfilaron las pantallas: las grandes y las pequeñas, entonando su particular cántico y realizando los movimientos y bailes sobre la punta de los pies.

El desfile de Xinzo lo tuvo todo: tradición, humor, espectáculo y “retranca”. Centenares de personas se agolparon a un lado y otro de la avenida de Madrid para aplaudir al paso de gigantes y cabezudos, las “brigadas da Limia” sobre un monopatín, un vecindario de balcón al que no le sobraba detalle o un grupo de jóvenes llevando el color y la alegría de un arco íris. Los siempre simpáticos Súper Perdiz Kart volvieron a llevar su carrera al epicentro de Xinzo, aunque no fue la única competición de la mañana: también se celebró otra carrera de “caballos” y se practicó el arte de la pesca -trucha incluída-. Los emoticonos del whatsapp tampoco faltaron y un globo aerostático recordó al instalado por Prolimia a finales del pasado año en O Toural. Uno de los disfraces que más risas cosechó fue una mesa de billar viviente, con cabezas grandes como bolas y jugadores probando suerte.