“Los cribados de cáncer son una oportunidad de vida”
María Mayán, ganadora del VI Premio Zendal, pide más financiación privada para la investigación
La investigadora gallega María Mayán, responsable del grupo CellCOM del Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina (Cinbio) de la Universidade de Vigo, subrayó la importancia de la prevención y de los cribados para detectar cualquier tipo de cáncer en fases tempranas.
En una entrevista insistió en que la detección precoz puede marcar la diferencia en el éxito de las terapias. “Es muy importante que todo el mundo haga los cribados para cáncer de mama y para cualquier otro tipo de tumor. Es una oportunidad de vida para todo el mundo”, afirmó, destacando que el porcentaje de éxito en los tratamientos puede aumentar “de un 30% a un 90% si se detecta a tiempo”.
Mayán hizo estas declaraciones tras conocerse que su equipo obtuvo el Premio Zendal en la categoría de salud humana, en la sexta edición de los galardones internacionales que concede el grupo biofarmacéutico con sede en O Porriño (Pontevedra).
El reconocimiento se centró en el trabajo que lidera sobre el cáncer de mama triple negativo, una de las variantes más agresivas y con menor número de opciones terapéuticas disponibles.
El proyecto desarrolla una nueva estrategia terapéutica basada en la restauración de la proteína conexina43 mediante nanovesículas, lo que incrementa la eficacia de los fármacos que actúan sobre la reparación del ADN, como los inhibidores de PARP, y ayuda a evitar la resistencia al tratamiento. Se trata de una propuesta innovadora que, según Mayán, podría aplicarse también a otros tipos de tumores.
Similar a la vacuna covid
La investigadora explicó que la terapia es “similar a la de la vacuna de la covid-19”, porque utiliza el ARN mensajero de la proteína para instruir a las células cancerígenas a sintetizarla, logrando así un efecto de “caballo de Troya”. Este mecanismo permite modificar genéticamente las células tumorales para hacerlas más vulnerables y frenar su capacidad de resistir a los tratamientos.
Mayán señaló que el cáncer de mama triple negativo afecta con mayor frecuencia a pacientes más jóvenes, lo que hace que su investigación sea de especial relevancia. “Hay muy pocos tratamientos disponibles”, lamentó.
Preguntada por la posibilidad de aplicar este avance a pacientes reales, la investigadora fue prudente y subrayó que la ciencia es un proceso muy lento, basado en la “prueba y error”. Explicó que el proyecto, que por primera vez otorga el Premio Zendal a la Universidade de Vigo, comenzó hace más de seis años, y que el equipo podrá dar “un paso más” con la dotación económica del galardón, valorada en 40.000 euros.
Esa financiación permitirá iniciar los ensayos preclínicos en modelos animales, una fase clave para determinar la vía de administración, las dosis adecuadas y confirmar la eficacia de la estrategia terapéutica.
Si los resultados son positivos, el proyecto podría avanzar hacia la fase clínica y abrir la puerta a un nuevo enfoque de tratamiento para este tipo de cáncer y otros tumores resistentes.
La líder del proyecto agradece el “empujón” del reconocimiento
María Mayán destacó la necesidad de que las empresas privadas apoyen la investigación científica, apostando por proyectos que “crezcan y generen patentes”, ya que esto no solo supone un retorno económico para las compañías, sino también un beneficio social. “Si funciona, al final es un win-win, todos ganamos. Porque ellos ganan su dinero y los royalties... también retorna al CINBIO y a la Universidade de Vigo”, señaló, subrayando que estas colaboraciones pueden potenciar la innovación y generar avances que repercutan en toda la sociedad.
Agradeció el “empujón” que representa el Premio Zendal, confiando en que sirva para concienciar a la sociedad, la administración y las empresas sobre la importancia de invertir en ciencia. Valoró, además, la iniciativa del grupo Zendal por impulsar unos premios que dan visibilidad al trabajo investigador “no solo en Galicia, sino también a nivel nacional e internacional”, y que pueden inspirar a otras compañías de distintos sectores a colaborar con centros científicos, fomentando así una cultura de apoyo a la innovación y al talento.
Mayán reflexionó también sobre el sentido del trabajo científico y el legado social: “Vivimos un número limitado de años y todos podemos convertirnos en millonarios... pero lo importante es dejar un mundo mejor para los demás y que lo que hagamos tenga un impacto social importante”. En su opinión, en España “cuesta más” entender este compromiso, por lo que insistió en la necesidad de seguir fomentando una cultura de apoyo a la ciencia y a la innovación, que permita que los avances científicos no solo beneficien a unos pocos, sino que tengan un alcance global.
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