El ciberacoso se produce cada vez a edades más tempranas
Sociedad
La crisis provoca que los "centennials" pasen más tiempo frente a la pantalla y reduzcan el ejercicio
nnn La crisis sanitaria, económica y social a causa de la pandemia ha provocado un importante amento de las destrezas digitales de los "centennials" -los jóvenes y niños nacidos en el siglo XXI-, pero también desató un aumento de las adicciones tecnológicas y disparó el ciberacoso, que comienza a detectarse a edades más tempranas.
El aumento del tiempo de uso de las pantallas puede arrastrar a conductas adictivas; reducir la vida social y el ocio; puede provocar, además de un mayor aislamiento, situaciones de "ansiedad social"; y una mayor exposición en internet multiplica también las vulnerabilidades de los más jóvenes, mantienen los expertos. "La pandemia ha hecho que los menores pasen menos tiempo al aire libre, que practiquen menos ejercicio y que tengan problemas de concentración", observa la psicóloga María Guerrero, convencida de que la crisis va a pasar factura a los menores en el futuro y de que van a gestionar peor sus emociones, lo que se traducirá en una mayor agresividad.
Experta en tecnologías y familia, María Guerrero manifiesta que algunos estudios calculan ya que el ciberacoso ha crecido en un 70 por ciento durante los últimos meses, y alerta de que la edad media de los casos de niños que sufren ese tipo de hostigamiento ronda los 12 años, pero también de que se han empezado a detectar episodios en edades de hasta 8 años.
Un estudio de la plataforma Qustodio, especializada en seguridad y bienestar digital en el entorno familiar, pone de relieve en la crisis causada por la pandemia del covid-19 y el impacto social, físico y psicológico que va a tener en los niños.
El trabajo de esta plataforma, que suma más de dos millones de usuarios de 180 países, mantiene que la "generación Z" -los llamados "centennials"- va a crecer marcada por una crisis que ha afectado de una forma determinante a sus ámbitos personales, digitales o educativos; a sus relaciones sociales, a su actividad física y a la forma de relacionarse con sus amigos y sus familiares.
Los psicólogos ya alertan de que la tercera oleada "será mental" y de que los efectos psicológicos de la crisis son ya patentes en las consultas. "Va a haber un número mayor de menores con alteraciones del sueño, y esto se traduce en niños y adolescentes con cansancio crónico e insomnio; y tendremos también más inseguridades, lo cual va a aumentar sin duda los casos de ansiedad, depresión y agorafobia aún más si cabe", manifiesta.
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