El ciberacoso, un problema que crece entre adolescentes

Los menores de edad están entre las víctimas potenciales del acoso digital a través de las redes sociales, una situación que puede llegar a generar graves trastornos de ansiedad y depresión.

Publicado: 10 nov 2021 - 23:54

Los menores pueden sufrir acoso por el mal uso de las redes sociales.
Los menores pueden sufrir acoso por el mal uso de las redes sociales.

El acoso digital o “ciberbullying” es un problema que afecta a una parte importante de los usuarios de internet y de las redes sociales, especialmente entre adolescentes.

Según los datos del “Estudio sobre ciberbullying según los afectados”, realizado por las fundaciones ANAR (Ayuda a niños y adolescentes en riesgo) y Mutua Madrileña, los resultados reflejan que el acoso escolar a través de las redes sociales representa ya uno de cada cuatro casos. Las chicas son las víctimas del 70 por ciento de los casos de ciberacoso, un porcentaje diferente al acoso escolar en general, donde los afectados están más equilibrados por sexos, mientras que el hostigamiento de los jóvenes que sufren acoso en las redes es diario.

Los ciberacosadores pertenecen en la mayoría de las ocasiones al mismo centro educativo que la víctima. Suelen actuar en grupos de entre dos y cinco personas del mismo sexo que la víctima. Por norma general son adolescentes y les mueve la agresividad o la venganza, según esta investigación. A pesar de esta situación, las víctimas de ciberacoso sólo piden ayuda a los adultos cuando su situación se prolonga más allá de un curso escolar.

La edad media de inicio del ciberacoso es de 13,6 años, superior a la del acoso escolar en general (11,6 años) y la agresión más habitual es el insulto (81%), aunque también amenazas (37%) y difusión de rumores (11%). El teléfono móvil es la herramienta más habitual para acosar y el Whatsapp la aplicación más utilizada (81% de los afectados). Casi el 72 % de las víctimas sufre “ciberbullying” a diario, algo que se explica por el fácil acceso a las tecnologías, mientras que en el acoso presencial los ataques suelen prolongarse en el tiempo.

Las consecuencias de las agresiones digitales pasan factura a quienes la padecen, y el 92% de las víctimas sufre secuelas como ansiedad, tristeza, soledad y baja autoestima, convirtiéndose el ciberacoso en un problema sanitario cada vez más grave entre los menores de edad. Un 10 % de las víctimas ha tenido conductas autolesivas, pensamientos suicidas e incluso intentos de acabar con su vida.

El estudio considera efectivo que la víctima reciba tratamiento psicológico para adquirir las habilidades necesarias para defenderse y fortalecer su autoestima, que el centro adopte medidas y que es necesario un protocolo de actuación unificado para toda España.

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