Cáritas avisa del sufrimiento y el suicidio entre los jóvenes

El director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, cree que no tiene lógica que sucedan situaciones como el suicidio de las hermanas de Sallent (Barcelona) pero constata que “el sufrimiento psicológico de los jóvenes ha crecido y es muy elevado”, en muchos casos agravado por las duras condiciones en las que viven y la pobreza.

Salvador Busquets indica que el caso de las dos hermanas gemelas de Sallent, una de las cuales falleció y otra está muy grave en un hospital barcelonés, “nos ha afectado mucho” y añade que “no es lógico” que no se haya detectado la situación en el entorno más cercano de las menores. “El padecimiento psicológico de los jóvenes es muy alto”, considera, a raíz de lo que se ha vivido en los últimos tres años durante las diversas olas de la pandemia y, especialmente, en el confinamiento.

Esta situación se ha visto agravada en muchas familias cuando se ha sumado la crisis por el incremento de la inflación y los precios y el futuro incierto que ven ante sí muchos niños y jóvenes, dice el director de Cáritas en Barcelona.

A su juicio, este sufrimiento y las difíciles condiciones de vida de menores vulnerables podrían reducirse si las administraciones facilitaran los medios necesarios a las familias, que no deberían estar solas en una situación de fragilidad extrema.

Según datos de Cáritas Barcelona, en el periodo 2008-2018 esta organización atendió a entre 400 y 500 familias cada año, una cifra que aumentó a 850 en 2019 y que se disparó a 1.900 el año de la pandemia.

Ahora, tres años después, el “techo” del número de familias a las que debe ayudar esta entidad no desciende de las 1.200-1.300 al año, lo que supone que los niños de estas unidades familiares, muchas de ellas monoparentales, viven y crecen en condiciones precarias.

Busquets recordó a jóvenes y familias que existe en Cataluña la Fundación Ayuda y Esperanza que, desde hace más de 50 años, ofrece acompañamiento y apoyo emocional a través del conocido como Teléfono de la Esperanza. El teléfono gratuito de prevención del suicidio es el 900 925 555 y existe también un chat de apoyo a través de Whatsapp, con el móvil 679 33 33 63, también gratuito.

Estos dos servicios están disponibles para todo el mundo y funcionan las 24 horas al día y los 365 días del año.

Fuentes de esta Fundación indican que cada mes se atienden centenares de personas en momentos de crisis emocional o conductas suicidas y que, si es necesario, se ponen en marcha mecanismos de rescate de urgencia.

Desde agosto de 2022, cuando el chat se puso en marcha gracias al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, se atendieron más de 800 conversaciones y solo hizo falta activar los servicios de emergencia en nueve ocasiones.

En cuanto al teléfono de prevención del suicidio, en los dos últimos años y medio atendieron más de 9.300 llamadas y ayudaron a intervenir en 229 tentativas de suicidio inminente o en curso.