De Atapuerca a la copa del Mundial, la historia de España en 82 objetos
¿Qué tienen en común un hacha de piedra encontrada en el yacimiento de Atapuerca y la copa del Mundial de Fútbol de Sudáfrica que ganó España en 2010?
¿Qué tienen en común un hacha de piedra encontrada en el yacimiento de Atapuerca y la copa del Mundial de Fútbol de Sudáfrica que ganó España en 2010? ¿Y la fregona y el manuscrito del Mío Cid? Pues que se hallan en esa misma "red de emociones y referencias culturales" que llamamos España.
Así lo cree al menos Manuel Lucena Giraldo, historiador, investigador del CSIC y actual agregado de Educación en la embajada de España en Colombia, autor de "82 objetos que cuentan un país" (Taurus), un libro que propone un repaso a una cultura material "que ha representado y representa a España y a los españoles".
Ochenta y dos objetos que cuentan la historia de un pueblo, el español, y "que son una buena aproximación a nuestras realidades y deseos. Expresan sin duda -asegura el autor en una entrevista con Efe- lo mejor de lo que representamos y compartimos".
En esa lista de difícil elaboración, en la que "están todos los que son", pero, "por supuesto", "no son todos los que están", "ni tendría por qué ser de otro modo", figuran la Dama de Elche y el Seat 600, la Mascota Cobi y el Acueducto de Segovia, una pintura de la cueva de Altamira y la Constitución de 1978.
Pero también el flamenco, la primera edición del "Quijote", tres "tesoros" de Velázquez -"Felipe III a caballo", "Las Meninas" y "Las lanzas"-, la bombona de butano, la arquitectura de Gaudí y el garrote vil.
Así hasta completar una lista de 82 objetos fruto de una deliberada selección "de una cultura material compartida, sin centros ni periferias", un invento, éstas, "del siglo XIX", recalca Manuel Lucena Giraldo.
"Es una propuesta abierta a los lectores -continúa el autor-, que seguro se identificarán más con unos objetos que con otros, y podrán sumar o restar los que quieran. El número es aleatorio; surgió de una lista de artefactos que han sido y son vistos como representación de España y de los españoles".
Objetos todos ellos "con una pequeña gran historia que relatar" y que son muestra indiscutible de una riqueza artística y cultural, además de una capacidad creativa, como pocas en el mundo. Aunque "no se trata de comparar con otros, no", sino de "buscar significados y de mostrar que la vida colectiva y multisecular de los españoles ha producido toda esa increíble belleza y utilidad".
En la lista no hay ninguna referencia a la riqueza gastronómica de un pueblo que ha sido "sabio" a la hora de apropiarse de la tradición mediterránea. "Quizás -sugiere Lucena Giraldo- una futura edición deba incluir un artefacto cultural como la paella, el gazpacho, el bacalao al pilpil, o una propuesta del gran Martín Berasategui".
A través de estos objetos "nos ven y nos vieron, así nos vemos", asegura el historiador, quien destaca que el libro "no se adscribe a búsquedas genealógicas ni a esencialismos románticos caducos y peligrosos".
"Los objetos -continúa con su argumentación- por supuesto plantean preguntas dispares y surgen en contextos distintos, pero comparten el ser adscritos a la experiencia histórica y cultural de los españoles".
"Sin duda", los 82 objetos son "una parte" de lo que se llama hoy Marca España; "en la historia global nos han identificado", y uno por uno, individualmente, "es un enigma que, de alguna manera" el autor ha intentado descifrar.
"El libro -dice- pone el énfasis en la vivencia colectiva e individual de todos los días, en el elemento cultural y cotidiano como parte fundamental de la comunidad emocional que constituimos. Así nos ven desde fuera, a partir de esos artefactos y signos. Es un ejercicio de identificación y representación".
El conjunto seleccionado "muestra una acumulación de experiencia histórica y cultural" junto a una "capacidad de goce de la vida buena" que, recalca el autor, es "muy española". "Los 65 millones de turistas que nos visitan lo saben bien", concluye.
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