La retirada del amianto retrasa el estacionamiento de Vilavella

La nave del aparcamiento de Vilavella se derribará cuando se autorice el proceso de retirada del amianto, anunciaron desde el Ayuntamiento de Redondela, puntualizando que el 27 de diciembre se solicitó la autorización a la Xunta. “Este es un procedimiento imprescindible”, según la alcaldesa, Digna Rivas “la retirada del amianto supone una pequeña demora, pero desde el gobierno local aseguramos que estamos con todos los trámites necesarios para cumplir con la legalidad y continuar el proyecto dentro de plazo”. Unas declaraciones que surgen tras el comunicado de la Agrupación de Electores de Redondela (AER) que urgía la ejecución del proyecto tras casi dos años desde la compra de la parcela.

Este es un proyecto financiado por la Diputación que forma parte del plan que transformará completamente la plaza de Ponteareas, una de las principales vías de entrada al casco urbano. El estacionamiento proyectado “contará con decenas de plazas y permitirá disponer de un espacio próximo al centro y continuar con la transformación dentro del marco de movilidad sostenible y de recuperación de espacios públicos”, explicó Rivas.

La estratégica situación del aparcamiento disuasorio –justo en la entrada de la villa– permitirá la desmasificación de estacionamientos de vehículos que, diariamente, se produce en los arcenes de la carretera. Este aparcamiento complementará a los dos aparcamientos libres existentes en el casco urbano reforzados por el subterráneo de A Xunqueira. Con la transformación de la parcela ubicada al lado del convento de Vilavella, hasta ahora propiedad de la firma Building Centera, el gobierno local cumple “un doble objetivo. Por una parte, se gana un nuevo espacio y por otra, se derriba una nave ubicada al lado de un bien patrimonial como es el convento de Vilavella”. Además, la actuación tiene un beneficio medioambiental añadido, ya que el solar linda con el río y conecta con el paseo del Salgueiral.

Por su parte, desde AER hacen un llamamiento para que la alcaldesa impulse este proyecto que “tiene un gran valor para el vecindario”. Valor medioambiental, por lo que supone de transformación de un espacio industrial en un área verde, un espacio privado en un espacio público; como de movilidad, permitiendo la recuperación peatonal de otros espacios urbanos; patrimonial, ya que el convento de Vilavella recuperará su configuración inicial eliminando el feísmo urbanístico con un edificio industrial que aún sigue en pie y turístico, porque por ahí discurre el Camino de Santiago.