A Peneda, el mirador de Pedro Madruga en Redondela
El alto del monte, que sirve de marco con Soutomaior, formará parte de la red de miradores del XeoDestino
Redondela es conocida por ser un municipio de gran riqueza paisajística. Lugares como el mirador de Campo da Rita, donde se encuentra “el mejor banco del mundo” es una muestra de ello. Sin embargo, la localidad cuenta con otro punto que puede hacerle la competencia: el alto del monte de A Peneda, un lugar que sirve de marco con Soutomaior.
A pesar de no contar con la misma fama que “el mejor banco del mundo”, este lugar también formará parte de la red de miradores que pasará por los 14 municipios del XeoDestino Ría de Vigo y Baixo Miño. En el alto de A Penda, donde se encuentran una capilla del siglo XVIII dedicada a la Virgen de las Nieves y un alcornoque centenario, se puede ver desde sus 327 metros de altura el final de la ría, el puente de Rande, el casco urbano de Redondela, Vilaboa, Arcade, el Castillo de Soutomaior y, si las condiciones meteorológicas lo permiten, las islas Cíes.
“El alto del monte de A Peneda es uno de los atractivos turísticos que Redondela comparte con Soutomaior y que ofrece unas vistas espectaculares sobre la totalidad de la ría de Vigo. Dentro del XeoDestino en el que participa Redondela, uno de los proyectos para este año 2025 es crear una red de miradores de los 14 municipios. De Redondela, los miradores que se van a incluir, además del de A Peneda, son el del Campo da Rata, el mirador de Outeiro Grande (O Viso) y el del Piñeiral do Crego (Chapela). Se realizarán mapas, con rutas y señalización de los miradores de todos los municipios”, detalló la concejala de Turismo, Rita Pérez Táboas.
Sin embargo, su paisajística no es la única fortaleza de este enclave. El lugar cuenta con una fuerte carga histórica, con gran relevancia durante la Edad Media. Ahí se encontraba el Castillo de Castrizán, construida en 1477 por el arzobispo compostelano Alonso de Fonseca II para reforzar el entorno de Pontesampaio y vigilar de cerca el Castillo de Soutomaior, hogar de Pedro Madruga.
La fortaleza no duró mucho en el tiempo. Tan solo un año después, en 1478, Pedro Madruga tomó el Castillo de Castrizán para, más tarde derribarlo. Parte de la piedra de la fortificación fue empleada en construcciones en O Viso y Redondela mientras que otra parte se utilizó en la construcción de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, que corona la cima del monte. Bajo la ermita y en sus alrededores aún son visibles los restos de Castrizán, como en el muro que rodea la iglesia.
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