El 'meco' que venció al fuego

El reto que planteó el Ayuntamiento a Rubén Casal fue mayúsculo. Tendría que resumir la tradición del carnaval y el meco en una figura que no sería quemada y sería conservada. "Fueron unos días frenéticos con la presentación de los bocetos y el inicio de los trabajos", recuerda ahora este creador redondelano que además es profesor de Maquillaje y escenografía, licenciado en bellas Artes y restaurador de todo tipo de muñecos, como los gigantes y cabezudos que todos los años desfilan por las calles de Redondela durante las fiestas.

El tema del meco debía reflejar la unión de todos los redondelanos durante la pandemia y en la lucha contar el covid. "Yo lo tuve que interpretar y construirlo. Ha sido mucha la responsabilidad que sentía porque además de que yo soy redondelano, la figura se va a conservar y quería que le gustase a los vecinos, a la gente que conozco y a mi familia. Era una gran responsabilidad", explica ahora una vez superado el reto. En total fueron casi tres semanas "de trabajo frenético trabajando un mínimo de diez horas todo el equipo". Lo más complejo del trabajo "fue la creación de toda la estructura interna de las figuras ya que tiene que soportar todo el peso" del revestimiento de resina de poliester, material elegido para "que soporte las inclemencias del tiempo y para que duren". Para que no faltara detalle a este peculiar meco que será indultado de las llamas, la ropa de las dos figuras "fue hecha a medida".

La opción fue "una composición clásica con los símbolos de Redondela como son el viaducto, la Coca y los dos gigantes", comenta Rubén que ya había tenido entre sus manos otra labor de gran responsabilidad como fue la restauración de los gigantes y cabezudos que salen en las fiestas del Corpus o en Carnavales y que desde hace un año esperan en el multiusos para regresar a las calles y recuperar la animación y la "troula" que caracterizan a la villa de los viaductos.

Una familia festera y muy 'cabezuda'

Los gigantes y cabezudos lucen su mejor imagen desde hace dos años gracias al trabajo del restaurador Rubén Casal, que en el 2019 las recuperó para la Festa da Coca. Fueron cuatro largos meses de trabajo en los que las más de 20 figuras que integran la comparsa de gigantes y cabezudos que acompañan a la Coca en el desfile de estas fiestas tradicionales y tan arraigadas entre los redondelanos. Una parte de los muñecos, según explica este profesor de Maquillaje y Escenografía por cuyas manos han pasado numerosas figuras, fueron creados artesanalmente en la década de los años 70.

El material es el cartónpiedra “que suele estropearse con más facilidad en Galicia por la humedad, mientras que aguanta mejor el paso del tiempo en la zona mediterránea y Andalucía”. Otro grupo fue incorporado “en época más reciente y ya es de resina, por lo que son más resistentes, aunque al igual que los más antiguos son artesanales y de fabricación española”, comenta mientras recuerda el proceso de restauración que sufrieron todos ellos. “Fue un trabajo muy laborioso, con muchas horas, en el que se intentó en todo momento mantener el trabajo original de sus creadores”. Eso sí, para darles mayor expresividad “lo que cambié fueron los ojos, a los que les di más vida al darles un brillo que antes no tenían”.