Las cuatro depuradoras de Pazos presentan anomalías

Las denuncias por los vertidos de la decantadora de Amoedo se suceden desde hace meses. Los vecinos aseguran que los olores son insoportables cuando el viento sopla desde la ría y que la situación se arrastra desde hace unos dos años, cuando se detectaron los primeros problemas en el sistema de depuración de las aguas en la parroquia. Desde entonces “se repiten de forma periódica sin que se resuelvan”, aseguran, apuntando además que el problema se agravó el pasado verano, con los primeros vertidos de cierta consideración en el arroyo afluente del Alvedosa. Desde Alternativa Vecinal de Pazos de Borbén aseguran que la situación se repite, con diferente gravedad, en las decantadoras de Moscoso, Pazos y Nespereira, que según explican “tampoco funcionan por falta de mantenimiento”. Apuntan en este sentido las sanciones impuestas por vertidos en el Louro, en Nespereira, y en la decantadora de Moscoso.

La situación de Amoedo es, sin embargo, la más grave en estos momentos y ya ha traspasado las barreras municipales, y tanto la Agrupación de Electores de Redondela (AER) como el BNG han denunciado la situación y exigido que tanto el Ayuntamiento de Pazos de Borbén como el redondelano tomen cartas en el asunto. Por su parte, Alternativa Vecinal de Pazos de Borbén manifestaba a través de su portavoz Luciano Otero que Luciano Otero, que “urge una solución, ya que llevamos años con esta problemática, con decantadoras obsoletas que no hacen su función tanto en Amoedo, como en las parroquias de Pazos, Moscoso y Nespereira”. El origen creemos de los vertidos, que son constantes, provienen de unas 150 casas, unos 400 vecinos de la zona, así como del polígono industrial de Amoedo, que acoge a 14 empresas”, continúa Otero.

Alternativa Vecinal explica también que la desidia del Ayuntamiento de Pazos está provocando que esta situación sea endémica en la zona y “buena prueba de esto son los expedientes que, desde hace años, Augas de Galicia le ha abierto al Ayuntamiento por no cumplir con los requisitos administrativos de hacer analíticas constantes y reenviárllelos para su revisión. De hecho, segundo indica la agrupación, “El Ayuntamiento de Pazos de Borbén lleva ya dos sanciones de 5.000 euros cada una y cuenta con más expedientes aún por resolver ”.