Mar reabre al marisqueo una parte de la Ría de Pontevedra
Los mariscadores de a pie y a flote podrán volver a capturar navaja, almeja y berberecho en la zona de la desembocadura del Lérez y próxima a Combarro, tras casi un mes de cierre
El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) decretó ayer la reapertura al marisqueo de los bancos situados en las zonas II, IV.2 y V de la Ría de Pontevedra, tras los análisis realizados.
Ello implica que podrán volver a faenar en el fondo de la ría y el área próxima a Combarro y Sanxenxo las cofradías de San Telmo, Raxó y Lourizán, que mantendrán una reunión para establecer el calendario. La apertura permitirá de nuevo la captura de berberecho, almeja, navaja y longueirón, tras el cierre cautelar que el organismo autonómico decretó el 19 de agosto en algunas áreas y el 26 en toda la Ría.
El motivo de la medida fue la aparición de la toxina lipofílica, un episodio habitual, pero se mantiene, sin embargo, el cierre en la zona III por ASP, la toxina amnésica. Además, la zona I, continúa cerrada a la captura de la almeja y berberecho y solo es posible la extracción de navaja y longueirón en ella.
Con todo, unos 350 mariscadores de las tres cofradías podrán volver a faenar a partir del viernes, aunque una parte de ellos trabajan ya en otras artes menores y en la captura del pulpo, tal y como explica el patrón mayor de San Telmo (Campelo), César Rodríguez. Sin embargo, el sector espera poder recuperarse de este parón del final del verano, tras un año complicado y con la esperanza en la campaña de Navidad. Además, Poio se prepara para la Festa da Ameixa en la que asegura que repartirá 500 kilos de este molusco procedente enteramente de la Ría.
Según Pescadegalicia, la lonja de Campelo (Poio) logró subastar en lo que va de año, 122.111,71 kilos, lo que supuso una facturación de 1,7 millones de euros, pero en 2023, la rula pontevedresa vendió 291.226 kilos de bivalvos mayoritariamente, con una facturación de 4 millones de euros en los primeros siete meses del año. Esto supone que el sector descendió un 58% las capturas en solo dos años.
En lo que respecta a la Ría de Arousa, Intecmar mantiene abiertas las seis zonas al marisqueo mientras continúan cerrados los polígonos de bateas de O Grove y Cambados a causa de la combinación de biotoxinas
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