Cobres, uno de los Entroidos más originales
Desiré González volvió a vencer en la prueba do Galo do Río, en la que participaron 13 hombres y solo 2 mujeres
El Entroido de Cobres vivió su día grande con su mezcla de color, tradición ancestral de 400 años, orginalidad y, de nuevo, con la predicadora Leti da Taberna. Riomaior se llenó de centenares de personas desde primera hora de la tarde para ver el último baile del año de las Madamas e Galáns y disfrutar de los juegos populares, música y humor, narrados con la retranca de Isi, presentador y humorista de la TVG.
Tras recorrer todos los barrios de Vilaboa durante tres días, las 74 Madamas e Galáns llegaron al escenario para danzar con garbo sus últimos bailes de este Entroido: Danza de Cobres, Muiñeira dos Nenos, Festa na Eira y dos jotas populares.
Martín Duarte, presidente de la Asociación Cultural Cobres, agradeció el esfuerzo a todos recordó que muchos de los danzantes "hoxe chorarán de verdade", en alusión al cansancio y por el adiós de la fiesta. El alcalde de Vilaboa, César Poza, aseguró que esta danza cultural de Madamas e Galáns "sigue máis viva que nunca", en lo que definió como "un dos Entroidos máis orixinais de Galicia e do mundo".
Tras los bailes, llegó la hora de la prueba de O Galo no Río, en la que 15 concursantes sufrieron para lograr cruzar el tronco sobre el río y alcanzar el gallo (de juguete) colgado de la vara. La prueba duró más de una hora pero, finalmente, Desiré González volvió a alzarse con el triunfo por segundo año consecutivo con un fuerte aplauso entre los asistentes. Uno de los participantes en esta prueba sufrió un golpe al caer al río y tuvo que ser atendido por los servicios de Protección Civil, aunque todo quedó en un susto.
El vencedor de O Galo na Vara fue Antón García, mientras que la Corrida do Galo entre equipos en el barro puso fin a los juegos para dar paso a la predicadora Leti da Taberna. La 'tiktoker', vestida de maestra de ceremonias, hizo un mordaz repaso a la actualidad de Vilaboa, mofándose del número de rotondas que "deixou no municipio o macronudo da A-57", entre otras críticas a la actualidad nacional.
Después del sermón, volvieron las danzas ancestrales del Entroido de Cobres, pero esta vez de la mano de las veteranas Madamas. Entre medias, no faltó el desfile de comparsas con Os Miúdos de Arcade, Os Parrulos de Marín y Moreira Atope de Soutomaior. Porque la música no dejó de sonar en toda la tarde e incluso la tuna de la Universidad de Granada tocó la guitarra y el corazón a más de uno, ya que, Alberto Puig, uno de sus integrantes, vino a Cobres desde Jaén por amor y ahora su vida transcurre entre el norte y el sur.
La quema del gallo y los fuegos artificiales pusieron fin a un martes de Entroido multitudinario a la espera de ser declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional. Para ello cuenta con una documentación que data la celebración desde el siglo XVI con una vestimenta única y cuyo legado se encargan de guardar y potenciar los 200 miembros de la Asociación Cultural Cobres, así como el propio Concello de Vilaboa. Todos ellos despidieron ayer un Entroido que brilla desde hace siglos en la ría de Vigo.
Contenido patrocinado
También te puede interesar