Opinión

Y si sobra, croquetas

En los tiempos que corren conviene menos que nunca malgastar. Y los españoles somos muy de no tirar nada. En los días de lluvia, nieve y frio, un cocido. Y si sobra, croquetas. Esto mismo argumentan algunos de los políticos y autoridades que se han vacunado saltándose el orden impuesto por las disposiciones sanitarias. “Sobraban vacunas y se iban a desperdiciar” ha sido la excusa más utilizada por unos servidores públicos cuyo trabajo en pos del interés general me inspira poca confianza.

No diré yo que deban seguir a pies juntillas el apotegma de la Madre Teresa de Calcuta –“el que no vive para servir, no sirve para vivir”-, pero quien tiene responsabilidad para gestionar los asuntos públicos tiene que hacerlo desde la honestidad y el rigor jurídico y moral. Utilizar la autoridad de la que disfrutan en nombre de los ciudadanos para obtener un fin ajeno al interés general –un provecho propio- es ruin, mezquino y éticamente reprochable.

En derecho administrativo, el ejercicio de potestades públicas para fines u objetivos distintos de los que sirvieron de supuesto para otorgar dicha potestad, se denomina desviación de poder. Es un concepto que, aunque circunscrito al plano administrativo, siempre me pareció muy adecuado y descriptivo para la vida en general. Estas personas que desde su posición han aprovechado para obtener la vacuna antes que aquellas a las que correspondía, o que no han pensado en cedérsela a otras de mayor riesgo, se han desviado del correcto ejercicio que exige el servicio público. Como no parece haber sanción prevista para dicho acto, no hay término jurídico para esta conducta por lo que debemos acudir al lenguaje común para llamarles sinvergüenzas o caraduras como mínimo -siendo políticamente correctos- y exigirles el mayor reproche político y social.
En otro orden de cosas, aprovecho también para pedirle a Pfizer que ajuste las dosis de los envases de las vacunas, que aquí, somos mucho de rebañar, además de utilizar los restos para croquetas o para vacunar de más. Y si la medida de los viales está entre cinco y seis pinchazos por botito, al final alguien va a llevar carga inmunológica de menos y la pandemia podría alargarse por unos miserables mililitros.

Te puede interesar