Opinión

¡Salud, A Team!

Tweet de Arturo Pérez Reverte: “Hartos de tanta burocracia, tanto perimetraje y tanta cagadita de rata en el arroz. Mis respetos”. Con este cáustico mensaje, el escritor y académico de la Real Academia española hacía referencia al episodio de la liberación de los perros palmeros por parte de un autodenominado “A Team”, que daba ánimos a toda La Palma y advertía, por añadidura, que los podencos se encontraban sanos y salvos. O sanas y salvas, ya que desconozco por completo el sexo de los mediáticos canes.

Hasta entonces, mientras la lava y la ceniza se cebaban con los sueños y proyectos de vida de miles de personas, a la vez que los llamados expertos no atinaban ni una, más que decir obviedades (“los efectos de la colada van a ser distintos si ésta discurre a la derecha o lo hace a la izquierda”), la atención se ponía en dos pobres animales, que habían quedado aislados en una finca, sin agua ni comida, y que había que rescatar sí o sí; costase lo que costase. Para ello, un gallego (no podía ser de otra forma), lalinense a más señas, ofreció sus servicios para realizar lo que parecía estar solo al alcance del Capitán América. Para intentar su hazaña ponía a disposición su empresa de drones y sus aparatos voladores, que previamente también había utilizado para alimentar con gran efectividad a los chuchos.

La gesta tomó tintes de épica y, por supuesto, se constituyó en el foco de todas las televisiones públicas y estatales que, sin ya apenas recursos para seguir haciendo de las desgracias humanas el show bussines habitual, veían un filón en el serial del rescate y de su desenlace, quizá con foto incluida de Pedro Sánchez junto con los perros; en plan Wild Frank.

Las autoridades habrían permitido y concedido permiso a la empresa lalinense para proceder al rescate, los expertos habrían dispuesto el día, la hora y el momento adecuado de viento y marea, y los animalistas habrían dado a duras penas su visto bueno a pesar del sobre estrés al que podían someterse los animales. El Cabildo, la Unidad Militar de Emergencia y el Puesto Avanzado habían reconocido el terreno y, hechos los estudios preliminares, desaconsejaron que los helicópteros hicieran vuelos rasantes para intentar la evacuación.

Cuando toda la burocracia lo permitía, van unos y  hacen lo que tenían que hacer. Coger el coche, ir a la finca y salvar a los perros. Se acabó lo que se daba. Barato, eficaz y rápido. Un zasca para los que pretenden administrarnos, prevenirnos, custodiarnos, manejarnos, tutelarnos o prevenirnos. Una válvula de aire fresco y espontáneo. ¡Salud, Arturo!  ¡Salud, A Team!

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