Opinión

"Cubalibre". Otra ronda, por favor

Si el famoso “Cubalibre” se inventó y bautizó con ese nombre por los soldados del victorioso ejército estadounidense para celebrar la independencia de Cuba del régimen español, ¿qué tendríamos que inventar para conmemorar la liberación del actual régimen tiránico que sumerge a la población cubana en la más profunda de las miserias? ¿Cuándo podremos pedir otra ronda por el futuro de una Cuba finalmente saneada de comunismo y totalitarismo? 

A raíz de los recientes acontecimientos ocurridos en Cuba, el presidente español y todo su gobierno han tirado de toda la demagogia que se pueda imaginar para evitar decir que Cuba fuera una dictadura. En toda una demostración de dominio del arte de no responder a lo que se le pregunta, Sánchez confesó, con un rictus en su cara que irradiaba gran tensión, que: “Cuba no es una democracia”. Es una pena que algunos periodistas se amedrenten ante este tipo de estafadores de la palabra y no le re-pregunten: “Entonces ¿qué es?”

Según la clasificación de las formas de gobierno en el mundo (consulten, sino, la Wikipedia) Cuba, evidentemente, no es una Teocracia ni una Monarquía. Es una República; pero no presidencialista y parlamentaria, sino Unipartidista. Es decir, un Estado en el que toda la estructura de gobierno y del poder recae exclusivamente en un partido único sin que se permita la existencia de otros diferentes. Pero, además, cuando se llega al poder sin el voto democrático, con el uso de las armas, y el contexto se perpetúa tal como sucedió en Cuba, ya se puede afirmar que estamos ante una dictadura en toda regla. 

No podemos confundir la dictadura cubana con una tiranía, como la que está instaurada en Venezuela. En este país, hubo elecciones democráticas (no sabemos si legales o no, esa es otra cuestión), aunque Chávez y después Maduro, una vez en el poder, se adueñaron del control de todas las instituciones del Estado e instauró una sumisión completa del pueblo al gobierno, abusando del poder absoluto someter a la población a una situación de servidumbre y reprimir las libertades personales. 

Es lamentable, por tanto, que el Gobierno español, esté haciendo este constante blanqueamiento del régimen dictatorial cubano, una vez más, después del estallido de la crisis social en la isla-cárcel. La represión con la que se acallaron las protestas en la calle, la constatación de que ningún cubano es dueño de su propia vida y las infames declaraciones de su actual líder Díaz-Canel justificando el secuestro, las desapariciones y el asesinato de disidentes, revuelve el estómago de cualquiera. Salvo de los comunistas ejemplares que campan por las Cortes españolas, que no tendrán ningún escrúpulo en deleitarse, allá donde veraneen, con sus refrescantes “Cubalibres”. ¡Salud!

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