Opinión

Dejarlo

Hay quien deja las cosas antes que las cosas los dejen a ellos, y hay a quien las cosas los han dejado y hacen como si las dejaran ellos. El exvicepresidente de Madrid, Ignacio Aguado, que se las ha tenido tiesas con Isabel Díaz Ayuso, en uno de los gobiernos de coalición peor avenidos que se conocen y que desembocó en la convocatoria de las elecciones autonómicas madrileñas a la menor oportunidad que le dieron para llamar a las urnas, ha decidido abandonar la vida política. Ya le dejó la vida política a él desde el momento que su jefa, Inés Arrimadas le envió al motorista y colocó a Edmundo Bal como candidato a la escabechina que sufrió Ciudadanos, que se quedó sin escaños en la Asamblea de Madrid. Al menos ha tenido la decencia de marcharse a su casa y no cambiar de chaqueta como han hecho otros de sus correligionarios. El problema es que al frente de Ciudadanos en Madrid queda la vicealcaldesa, Begoña Villacís que hace tiempo parecía estar llamando a la puerta del PP.

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