Presidentes y otras hierbas

Las historias viejas son también historias sabias. La que Calderón de la Barca refiere en una de sus obras inmortales es además de dramática, sumamente explícita. Es aquella que pulsa los sentimientos de un sabio que solo comía hierba y maldecía su suerte hasta que se dio la vuelta y se encontró con otro sabio aún más pobre, que iba recogiendo las hierbas que le sobraban a él. He llegado a creer que el destino nos ha castigado con uno de los peores presidentes de nuestro tiempo hasta que he sido informado de que en los Estados Unidos puede haber un presidente electo hallado culpable de treinta delitos y condenado a prisión por un juez federal. Es decir, nos hemos dado la vuelta y hemos llegado a la conclusión de que todavía puede haberlos peores que el nuestro si se cumplen las previsiones expresadas en las encuestas que se elaboran en torno a las próximas elecciones para la Casa Blanca. Como esas encuestas no se elaboran bajo la dirección de José Félix Tezanos, es incluso posible que se cumplan al contrario de las nuestras que se equivocan siempre y además se pagan con dinero público. Y cabe la posibilidad de que un convicto sea elegido presidente de los Estados Unidos. No nos mesemos los cabellos al estilo griego. Un huido de la Justicia española puede presidir un gobierno regional. Cada vez estamos más cerca.

Estamos ante uno de los episodios más desbordantes de nuestra historia al que personalmente no encuentro parangón al menos en los tiempos modernos, considerándolos así los que trascurridos entre las horas finales del reinado de Carlos II último de la estirpe austriaca y la final de la Champion 2024 a disputarse en Londres. Hay pasajes dramáticos, los hay jocosos, existen situaciones críticas, dolorosas y dignas de júbilo, conviven allí personajes variopintos, desquiciados y chocantes… Sinceramente como este desquiciado final de ciclo no he encontrado ningún otro. Hace tan solo unas horas, un sujeto con gesto suficiente llamado Toni Comín, ha comparecido ante las cámaras para afirmar tajantemente en nombre de Junts, que dejarán caer a Pedro Sánchez si no cumple sus compromisos ratificados en Bruselas. Esos compromisos solo se verán satisfechos si el presidente del Gobierno español facilita la elección de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat de Cataluña. Illa, despídete, dice un amigo mío.