Opinión

Los órganos de control

Lo peor que le puede pasar a un medio de comunicación de titularidad pública es que caiga en manos de una opción directamente controlada por el gobierno de turno. Desgraciadamente, la agencia estatal de noticias EFE es un ejemplo (un mal ejemplo por tanto) de teledirección aplicada por el partido que gobierna y lleva muchos años sufriendo esa maldición que anula todas sus posibilidades de competir con solvencia y limpieza con otras agencias de noticias. Esta hubiera sido una ocasión de oro para cambiar de tratamiento y colocar al frente de la agencia estatal a un profesional serio e imparcial que dignificara el medio y rescatara a la agencia EFE de una sucesiva pérdida de prestigio directamente relacionada con la intensidad con la que el Gobierno interviene en el producto informativo que elabora y lo hace suyo. Naturalmente era un buen momento pero era también un momento imposible porque por mucho que se empeñe el Nuevo Testamento, los milagros en el universo cotidiano no existen. La pasión colonizadora de Sánchez y su cinturón de hierro no conoce límites. Si Félix Tezanos sigue a los mandos del Centro de Investigaciones Sociológicas aún a cuenta de sus lamentables predicciones hijas del control férreo y el pilotaje ejercido desde el centro de poder, no va a ser menos una agencia estatal que desde Moncloa se supone una herramienta de primer nivel para administrar doctrina. El CIS de Tezanos consintió en reconocer hace unos días que su mentor podría perder su mayoría si las elecciones se repitieran –algún truco tiene que tener por fuerza ese augurio- pero la agencia EFE no puede perder su condición de agente de convicción subliminal de plena trascendencia. Para eso se ha apelado a un periodista de fidelidad probada llamado Miguel Ángel Oliver que hasta la fecha había ejercido como secretario de Estado de Comunicación con Sánchez como presidente. Oliver lo fue durante la pandemia y abandonó Moncloa y el cargo que ostentaba cuando la crisis se llevó por delante a Carmen Calvo, José Luis Ábalos y Juan Carlos Campo. Se quedó en la recámara para futuros servicios. Oliver es un caso muy similar al de Dolores Delgado que saltó del ministerio de Justicia a la Fiscalía del Estado. El control de todo, la fontanería fina, la fiscalización extrema y la administración de doctrina son pilares absolutamente intransferibles e innegociables. Efe pierde dinero a manos llenas y sus directivos no hacen más que subirse el sueldo.

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