Opinión

Consultas electorales seguidas

Como vivimos en un país que no admite medias tintas, hemos pasado de no votar en medio siglo a hacerlo cada dos por tres. Ahora tenemos tres consultas casi seguidas aunque en alguna no votará el total de la población porque son votaciones aplicables a comunidades autónomas. De hecho, estamos tan frecuentemente metidos en procesos electorales que hemos agotado todo el catálogo de modalidades posibles en una consulta de urnas. Nos queda aplicar la convocatoria de un referéndum de independencia legalizado, pero todo se andará. De hecho, estoy convencido de que, denominado de un modo o de otro, acabará produciéndose.

El que está más próximo comienza hoy mismo. Y va a darse en un País Vasco en el que nunca antes se había producido un clima de incertidumbre como el que lleva anunciándose desde hace casi un mes a tenor de lo que  cuentan las encuestas. El hecho incuestionable es que puede darse un vuelco inopinado en el resultado final que siempre contó, hasta el momento, con la victoria del Partido Nacionalista Vasco, una formación muy conservadora y religiosa aglutinadora de las viejas esencias y crisol de pureza y fidelidad donde se depositande las viejas enseñanzas del carlismo, la doctrina cristiana de inspiración jesuítica, el cerrilismo social y económico defensor de los privilegios fiscales y financieros con raíces perdidas en el tiempo, y todo ello recubierto por los símbolos más arraigados en el espíritu vascuence tradicional desde la txapela, al txoco, desde el taxolí al palco de San Mamés y desde el paternalismo secular al frontón los domingos. Dios, patria y los fueros viejos con un deseo de progresar y modernizarse muy relativo. El PNV no ha cambiado mucho desde que Sabino Arana  propagó sus pintorescos criterios, y este cerril inmovilismo que se ha negado a evolucionar en más de un siglo, a lo mejor le cuesta perder el gobierno.

Lo malo es que el deseo de aplicar vientos nuevos a esta sociedad vasca de difícil catalogación puede conducir a una victoria de Bildu, un partido nacido de un pasado tenebroso y sangriento al que una política tolerante y olvidadiza ha logrado blanquear sin gran esfuerzo. Son argumentos que al menos, vistos desde fuera, conmueven e inquietan. Hoy a estas horas algo más sabremos. Pero no todo, claro está.

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