Dentro del interminable calendario de días mundiales, esta semana tocó el del Mar, que en Vigo se resume en el puerto. ¿Está bien? Los datos señalan ligeramente en positivo, aunque es probable que el ejercicio finalice en empate. En cuanto al Berbés, lleva un mal año, y no es el primero, con una actividad decreciente por varias causas. Una, achacable a cambios en la temperatura del mar y las corrientes, que ha llevado lejos a especies de interés en Vigo; otra, la sucesión de vetos de la Comisión Europea, con el cierre en el Atlántico de 87 caladeros estratégicos. La buena noticia es que en el último mes certificado, octubre, O Berbés ha repuntado en positivo, alejándose de la competencia, aunque su futuro próximo dependerá no tanto de las pesquerías como de las acciones que tome el Puerto. Acaba de poner en marcha un plan de acción para seguir trayendo pescado incluso del extranjero, fomentando la posición del Berbés como centro de distribución internacional. Aunque docenas de camiones salen todos los días al puerto pesquero con toneladas de fresco a los grandes centros y mercados, nada es seguro. La flota ha disminuido de tamaño, pero a cambio ha crecido la dimensión exterior gracias a las empresas mixtas. Hasta 100.000 trabajos dependen de compañías de capital vigués y socios de otros países.
