Napoleón está en los cines, con críticas desiguales, y con la decepción de que Ridley Scott, enorme director de las geniales Alien y Blade Runner y bastante plomizo en los últimos años, haya borrado el paso del emperador por España, país al que tuvo que acudir en persona al frente de la Grande Armée para salvar el trono de su hermano José, que quiso, pero no podía ser un buen rey porque era visto como un usurpador. Con seguridad habría sido bastante mejor que Fernando VII, que hasta ahora figuraba como el mentiroso número 1 en la historia nacional. El propio Bonaparte confesó ya exiliado en Santa Elena que su derrota llegó no tanto por su campaña de Rusia, una catástrofe absoluta, sino por la “maldita guerra de España”, como él mismo la denominó, que le obligó a desviar recursos imprescindibles para tratar de mantener su dominio en Europa. Napoleón, aunque Scott lo ha pasado por alto, es un personaje clave en la historia reciente de España, porque fue su ocupación la que provocó la convocatoria de las Cortes de Cádiz y el nacimiento de la primera Constitución. Y en la de Vigo, como primera plaza liberada en España -probablemente en toda Europa- con una victoria contundente e inapelable que elevó con todo merecimiento su categoría de villa a ciudad. El protagonista indiscutible, Bernardo González “Cachamuíña”, fue nombrado gobernador de Vigo, pero poco estaría en el cargo debido entre otras cosas a las heridas que recibió en la toma de la Gamboa. Retirado a su casón de Ourense, igual que Bonaparte lamentaría haber tomado parte en la Reconquista, que le dejó secuelas morales y físicas de las que nunca se llegó a recuperar del todo.
Otra curiosidad, que no está del todo clara, y sobre ello hay varias teorías, es que el despectivo “gabacho” adjudicado a los franceses nació por estas tierras En gallego, “gabacho” puede traducirse como “presumido” o incluso “chulo”. Así que parece probable. Otros dicen que fue justo al contrario: que el término llegó con los franceses ocupantes desde los Pirineos y fue adoptado al gallego. Habrá que decírselo a Ridley.
