Opinión

El Apartheid israelí

Siempre que Israel ha sido acusado de mantener un régimen de apartheid en los territorios ocupados palestinos, responde que se trata de una situación temporal tras la guerra de 1967 y el futuro de Cisjordania se determinará mediante negociaciones estancadas por responsabilidad de los palestinos y nunca de Israel. Un 8% de su población se ha asentado en territorio ocupado violando la Convención de Ginebra, que permite el movimiento de tropas a la zona conquistada. Hay más de 120 asentamientos controlando entre 20%-30%  de Cisjordania, minando el derecho del Estado de Israel a existir como Estado judío
Toda el área entre el Mediterráneo y el Jordán está organizada bajo un solo principio: avanzar y cimentar la supremacía de un grupo, los judíos, y sobre otro, los palestinos. Israel otorga a los palestinos un conjunto diferente de derechos en cada una de estas unidades, inferiores en comparación con los otorgados a los judíos. El término apartheid y calificar de persecución las políticas israelíes hacia los palestinos también se produce semanas después de que la Corte Penal Internacional (CPI) anunciara la apertura de una investigación sobre presuntos crímenes cometidos por Israel (y también de Hamas) desde 2014 en los territorios ocupados. El primer ministro, el investigado Netanyahu, lo calificó como antisemita.
¿Puede asemejarse la situación en Israel/Palestina a la Sudáfrica del apartheid? En 1927, el líder sionista Arlosoroff escribía: “Sudáfrica es casi el único caso en el que hay similitud con nuestras condiciones y problemas para permitirnos una analogía. El régimen de permisos para la población de color fue lo más notorio”. Este apartheid deja aspectos únicos. Las similitudes son sorprendentes: Israel controla todo el registro de la población en los territorios ocupados, todos los palestinos deben llevar tarjetas de identificación emitidas por Israel; su identidad está sujeta a verificación por parte del Ejército israelí y existe un complicado sistema de permisos en Cisjordania en los desplazamientos con las carreteras separadas para los ciudadanos israelíes y palestinos alrededor de muchos de estos asentamientos. La ley de casamientos es excluyente, el uso de palestinos como mano de obra barata, las desigualdades en las infraestructuras y las diferencias en los derechos de acceso a la tierra y a los recursos entre los palestinos y los residentes israelíes en los territorios ocupados por Israel son hechos constatables. 
Existen dos opciones en el conflicto: dos Estados para dos pueblos, que implica una contienda palestina por la independencia y la aceptación israelí de que ese Estado palestino se establezca en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, y la segunda alternativa es un Estado para todos, en el que la disputa palestina se concentre en alcanzar derechos plenos. Un tercer proyecto incluye la federación israelí y palestina. 
Piden que los palestinos pudiesen construir sus casas en Tierra Santa y derechos sin supeditarse al lugar en el que residen. Los palestinos de Israel tienen más derechos que los palestinos de Jerusalén, los de Jerusalén más que los de Cisjordania, y los de Cisjordania más que los de Gaza. La mayoría desea independencia nacional rechazando un Estado para todos. En 2007, el ex primer ministro Olmert se oponía a dos Estados para dos pueblos. Israel enfrentaría una lucha sudafricana por la igualdad de derechos de voto y, si eso sucede, el Estado de Israel habrá terminado. 
Apartheid israelí ha sido usado por algunos eruditos, investigadores de la ONU. Los opositores a la analogía argumentan que es inexacta y deslegitima a Israel. Críticos de la analogía sostienen que Israel nunca puede ser llamado un Estado de apartheid, porque a diferencia de Sudáfrica, que consagró sus políticas de segregación racial en la ley, la ley israelí “es la misma” para los ciudadanos judíos y otros ciudadanos israelíes. 
Los defensores de la analogía del apartheid consideran que incluso si la ley israelí es sin distinción explícita entre categorías de ciudadanos, en la práctica privilegia a los judíos y discrimina a los demás y en especial a los árabes.
Así las cosas vemos que el problema tiene difícil solución si es que la tuviere.

Te puede interesar