Opinión

Los monopatines

Así que por fin la DGT a tomado nota del peligro para los peatones de los usuarios de monopatines eléctricos que día a día invaden aceras y no respetan los pasos de peatones. Según la norma, se consideran como otro ‘vehículo’ más y debe circular por las calles de la ciudad. ¿Muy bien, pero quien le pone el cascabel al gato? Hay otras normas que rigen en las ciudades.
 Un ejemplo es la prohibición de fumar en público. Salvo pipas y puros no hay un fumador que lo cumpla, incluso a escondidas en algunas terrazas de los bares. Otra; las bicicletas. Más de una vez he topado con un chaval circulando por la acera y a toda velocidad, además sin casco. Sigamos con los perros. Siempre deben llevar correa. ¿En serio? Pues, día sí, día no aparece un chucho suelto y haciendo sus necesidades mientras el dueño entabla una conversación con otro peatón mirando para el norte. Entramos en época de los tropecientos maratones.
 Quizás no exista una norma específica en donde deben o no hacer ‘aerobismo’ los miles de jóvenes y no tan jóvenes que están entrenando, pero es que a veces salen en pelotón y no se privan de usar las anchas aceras de las humanizaciones incluido atravesando el espacio libre en algunas terrazas de los barrios. Ya van dos veces que me tropiezan y con un simple ‘perdón’ siguen con su carrerilla como si nada. Abro el capítulo de las motocicletas y los motoristas. El problema es por donde empezar. ¿Qué les parece el aparcamiento? Existen zonas de las calles específicamente para ellos. El problema es que son pocas y por otro que hay conductores inconscientes que aparcan el coche en el mismísimo sector. Lo se porque hay uno justo delante de mi vivienda. Pero no importa porque gracias a los miles de metros cuadrados que sobran en las aceras, la mayoría de la ciudad sirve para un enorme aparcamiento de motos. Lo peor no es solamente el incordio para los peatones. Es que hay algunos que suben a la acera para aparcar junto a los otros como los monopatines o las bicicletas y recorren un buen sector de la acera para dejar su cacharro. ¿O no? ¿Y cuándo circulan por la ciudad?  La gran mayoría respeta los semáforos, pero los pasos de peatones son otra cosa. Parece que esquivar a un peatón es un pasamiento. Pero siempre hay algunos como los famosos hermanos Márquez que se creen que la ciudad es un circuito de pruebas. Lo de respetar a los límites de velocidad marcadas por la ley simplemente no entra en la mente de gran número de motoristas.
 Por último, están los que supuestamente sufren de todos estos cómplices peligrosos que circulan por la ciudad. Los peatones. Una vez más, hay de todo. El primero en actuar como un/a energúmeno/a es el/la que no sabe que existen pasos de peatones y atraviesa, ejemplo una avenida García Barbón o Policarpo Sanz, por el centro de una manzana. He visto hasta una joven acompañando a una anciana con bastón atreverse a la aventura. Y no me hablen de algunas rotondas. Luego están los salta semáforos. No esperan a que pare el tráfico y se ponga verde para ellos. Ya hubo hace unos años, dos accidentes mortales justo en el de la Farola de la calle Colon con Urzaiz al no ver el autobús de Vitrasa. 
Y finalmente esta la gran mayoría, incluido el que escribe que cuando existe un hueco en una calle en donde no viene ningún vehículo, cruzamos. ¿Porque no aprovecharlo ya que no nos ve nadie?

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