Opinión

Sobre la mediocridad

La mediocracia, el libro de Alain Deneault, profesor de sociología en Canadá, es un muy buen análisis de las causas del ascenso de la mediocridad a la dirección y gobierno de instituciones y corporaciones públicas, también privadas, en el presente, lo que da lugar, lo comprobamos a diario, a una tiranía de lo políticamente correcto y a una merma preocupante de la libertad de expresión. Edgar Pisani, director que fue del Instituto del Mundo Árabe de París, pronosticaba tiempo atrás una profecía cumplida: "Sabemos que la democracia, tal y como hoy la vivimos llevará al poder a hombres y mujeres cuya principal calidad no será precisamente la excelencia, sino la mediocridad. Estamos lejos de aquello que constituía la ambición de las democracias nacientes: que la elección de todos distinguiera al mejor de todos.” 
En efecto, en estos años, como consecuencia del ascenso de la mediocridad y de la banalización creciente de los asuntos públicos, se ha ido agostando una de las principales funciones de la democracia: dar sentido a las cosas haciendo a cada ser humano responsable más allá de los estrechos límites de un horizonte cotidiano. Hoy en plena pandemia, tal sombrío y funesto panorama se certifica a diario cuando nos acercamos a la forma en que se gobierna y gestiona la aguda crisis que estamos sufriendo a nivel mundial con ocasión de la pandemia.
En este contexto, la democracia moderna, hija de la fe en la razón propia de la época de la Ilustración, debiera haber alumbrado una forma de gobierno en la que la racionalidad humana impregnara la función de gobiernos, parlamentos y jueces. La realidad es la que es: concentración del poder y colosales campañas de manipulación y control social como consecuencia de la primacía de la razón técnica y funcional que ha terminado por eclipsar, cuando no arrumbar, la dignidad del ser humano, hoy por los suelos en tantas partes del globo. 
Por eso, el gran desafío del presente es alumbrar sistemas educativos que transmitan conocimientos, que pongan a disposición de la sociedad hombres y mujeres dispuestos a contribuir al progreso de sus países con un trabajo bien hecho, responsable y compatible con la defensa y pritección de la libertad solidaria. Casi nada.

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