Opinión

En Dubái está en juego frenar la crisis climática

Dubái, acoge dentro de unos días la COP28, bajo el lema: “Unir. Actuar. Cumplir”, que ojalá sirva para avanzar en la descarbonización, impulsar las ER y lograr más cooperación y financiación para un futuro más verde y más próspero, si bien no puedo ocultar cierta preocupación ya que la capital de la cultura de los petrodoláres no parece ser el lugar más idóneo para que se produzca ese cambio de rumbo imprescindible para frenar la crisis climática. Me tranquiliza que Frans Timmermans, que lidera la acción climática en la UE vaya a estar al frente de las negociaciones, ya que mostrará su compromiso firme con la transición ecológica; y a pesar de la oposición que ha tenido el nombramientio del sultán A Yaber como presidente de la COP28 -al ostentar la dirección ejecutiva de la Compañía Nacional de Petróleo de Abud Dabi (12ª productora mundial de crudo)-, habrá que darle un voto de confianza, ya que ha demostrado ser una persona que invierte en descarbonizar la industria del petróleo y del gas.
Cuatro ejes principales de esta Cumbre: acelerar la transición energética en el centro de la acción climática para reducir las emisiones en 2030, financiar la acción climática, para dar respuesta a las necesidades de los países en desarrollo y cumplir las promesas y sentar las bases para un nuevo acuerdo global.
Los cambios en el clima están relacionados con la actividad antropogénica, causante de las emisiones de GEI (superan en un 50% a las de 1990), y el planeta está acusando los efectos devastadores del calentamiento global, que están afectando a la mitad de la población mundial (tempestades, potentes tormentas, fuertes vientos, inundaciones, sequías, olas de calor, incendios más intensos, etc.), ante la desesperante inanición de muchos gobiernos que contemplan con pasividad un planeta cada vez más cerca de su punto de no retorno si no se actúa con urgencia; cuando lo que se necesita es unidad de acción global para actuar con contundencia ante lo que se nos viene encima. 
Tenemos que estar preparados para afrontar las posibles consecuencias del cambio climático, es preciso adoptar medidas urgentes para reducir drásticamente las emisiones de GEI y desarrollar la adaptación a los efectos de las que no se eliminen. Urgen cambios estructurales para no superar el límite de 1,5 ºC de calentamiento global a finales de siglo (Acuerdos de París). Los países miembros de NN.UU. tendrán que endurecer las medidas urgentes de las estrategias nacionales, acelerar la mitigación y la adaptación al cambio climático, para frenar la crisis climática y minimizar sus efectos.
El tiempo se agota, es la última oportunidad para luchar contra el calentamiento global y frenar la crisis climática, los que gobiernan tienen la responsabilidad de tomar decisiones para cambiar el rumbo de los acontecimientos, por el bien del planeta y de la humanidad.

(*) Científico, académico, experto en salud ambiental. 

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