Opinión

Las preguntas que no le hicieron a Sánchez

Ha sido una entrevista amable. Pedro Sánchez la llevaba preparada y volvimos a escuchar las viejas proclamas y los nuevos augurios. Ningún reproche al independentismo. ¿Sabían que gracias a los indultos y a los positivos efectos de la amnistía las cosas van tan bien en Cataluña que en el pasado puente de la Constitución se alcanzó la ocupación plena en su hostelería? Pues lo dijo. Una entrevista amable es aquella en la que el entrevistador no plantea, como se esperaría, preguntas embarazosas o incómodas para el entrevistado. En la que Pedro Piqueras, de Tele5 hizo a Sánchez estuvieron ausentes, aparte de los aspectos polémicos de la amnistía, los pactos con el independentismo, las negociaciones en Ginebra, con avaladores, el “Lawfare” o la insistencia de Puigdemont y Junqueras y Otegui de alcanzar sus objetivos. De eso, nada.  De los episodios del “procès” tuvo la culpa Rajoy y el Gobierno de la época que lo originó por no negociar y fue un error derivar el asunto a la Justicia. Sánchez exhibió su propia amnesia de lo que él mismo dijera ayer. Volvió a decirnos que hoy nadie le reprocha los indultos y que contribuyeron a la normalización de la vida catalana, y prueba de ello está la prueba de la casi plena ocupación hotelera el pasado puente. En esta idea se recreó mucho, porque es una evidencia de que el caso catalán ya no es lo que era. Todos beneficios. 
Repitió lo de hacer “de la necesidad virtud”, no explicó por qué ayer decía una cosa sobre la amnistía y ahora es la llave que, pese a su controversia, instalará a Cataluña en la plena normalidad territorial con el resto de España. De lo que siguen predicando sus consocios sobre el referéndum para la independencia, nada. Claro que le vino bien la boutade de Abascal, que le ha hecho un buen favor a Sánchez y a su perfil de víctima de la extrema derecha. Y le vino al pelo para lanzar otro misil contra el PP, pese al rechazo de Feijoo, por sus relaciones y gobiernos con Vox. ¡Qué lejos quedan sus propias líneas rojas con otros extremos de la misma política española! Fue curioso la alusión al último libro por el firmado, como el anterior, y escrita por otra. Dijo que sus reformas, precisamente, nos van a permitir pisar tierra firme en breve. Poco a poco fueron saliendo otras realidades, la crisis de Sumar y Podemos no le preocupa, porque “son fuerzas progresistas”, y además consideró firmes los compromisos, ayer gobernando con Podemos y ahora con Sumar. Estuvo acertado, sin duda, al comentar como logro sus políticas de mejoras de pensiones, derechos laborales y subida de pensiones.
Y volvió a agarrarse de los votos de los cincuenta diputados de las organizaciones que son sus consocios, de suerte que él apostó por atender lo que le pedían. Pero no explicó porque en unas semanas lo que no cabía en la Constitución ahora encaja plenamente, y hasta refuerza su cumplimiento. Y no se vendió por siete votos. “Hoy nadie me reprocha los indultos”, como espera que en lo venidero la amnistía se valore según él del mismo modo. Repitió viejas proclamas, lejos de lo que dijera antaño, sobre desjudicializar el conflicto. El fin es noble, favorecer la convivencia en una región tan importante como Cataluña. El amable entrevistador no le preguntó nada sobre las reiteradas manifestaciones de sus socios en alcanzar plenamente sus objetivos y, cuando se esperaba, el asunto no salió. Y se atrevió a afirmar que Feijoo, de tener posibilidades, hubiera aceptado la amnistía. “La Ley de amnistía es una necesidad para formar Gobierno”, reconoció. Y como era de esperar, salió a escena el recuerdo de los indultos de Aznar, sus transferencias a Cataluña y el País vasco en su época, sin entrar en detalles. Estuvo tranquilo sobre la suerte de la amnistía en el constitucional, y caso de que fuera segada por el Tribunal que finalmente la examinará, no dijo si él dimitiría. “El tiempo pondrá las cosas en su sitio”. Ya se verá, vino a decir,
¿Será capaz de entenderse con el PP en asuntos cruciales, como la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial, que inscribe dentro de los grandes pactos de Estado, junto con la financiación de las autonomías? Espera que sí. Se mostró abierto a escuchar lo que le proponga la Derecha. Y en ese sentido, espera llegar a grandes pactos de Estado. Se leyó un comunicado del PP sobre sus conocidas exigencias de cambiar la ley, ante de la renovación del CGPJ, y ahí Sánchez se mantuvo firme. En resumen, fue una entrevista amable, en que se sobrevolaron aspectos que hubiera sido necesario plantearle. Pero, ¿para qué si ya sabíamos las respuestas?

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