Opinión

El mediador con las FAR colombianas para resolver el conflicto catalán

No sabemos dónde se han reunido ni lo que hablado. Cerdán y Nogueras ¿Es que en realidad nos hemos convertido en esa masa de bóvidos que temía Ortega? Nos dicen que ha sido una reunión cordial y de trabajo.  ¿Es que cabía otra cosa? Media un salvadoreño especialista en conferencias de paz, Francisco Galino Vélez. El objetivo de Junts es la independencia y la financiación al cien por cien.  Por su parte, Junqueras lo repetía a tiempo: tras la amnistía, el referéndum.  Sobre el caso, la crónica de TVE, la estación pública decía que el acuerdo al que se lleve en Ginebra determinará el futuro de España. Sánchez decía en 2019 que el único mediador del conflicto catalán era el marco del Congreso de los Diputados. Es una vergüenza.  Somos conscientes de la crisis del Estado de Derecho en que nos hallamos de lo que la amnistía y otras cesiones de Sánchez al independentismo catalán apenas son una muestra, un signo visible. El asunto es más profundo. Pero no se inició ahora, comenzó cuando alcanzó el Gobierno Zapatero y se dispuso a construir un estado asimétrico.

¿Se puede entender que dos partidos, teóricamente sometidos a la Constitución, cuyos diputados y senadores deben prometer, aunque sea falsamente, para serlo, se vayan a negociar a Ginebra, porque lo impone una parte para apoyar a que el candidato de la otra sea presidente del Gobierno, para que se pliegue a las exigencias del que tiene la sartén por el mango? Hay una sencilla pregunta: ¿Para qué? ¿cuál es el objetivo y que, caso de alcanzar un acuerdo, cuáles serán sus consecuencias y quién y cómo se aplicarán? Una de las partes contratantes es el partido del Gobierno, y se supone que lo que se lo que se acepte o le impongan va a ser asumido y ejecutado por ese Gobierno. ¿Cuál es el objetivo de la otra parte contratante? ¿Es que tienen otro que la independencia?

¿En qué situación estamos, a dónde nos han conducido las cesiones de Sánchez, a qué nivel queda el Estado español? Son conscientes del grave deterioro que supone para la imagen del Estado y reconocimiento internacional del independentismo, cuando en todo caso “el conflicto catalán” toma forma no ya de una cuestión interna de España, sino de un contencioso entre un Estado y una parte de su territorio. De ahí que aparezca en escena un verificador salvadoreño que ha terciado en conflictos que nada tienen que ver con el caso español. Qué tienen que ver las funciones de Centro para el Diálogo Humanitario Henry Dunant, con sede en Ginebra, con el problema de una parte de la sociedad catalana, que afecta al conjunto de la sociedad española. ¿A dónde nos lleva todo esto?  Además de mediar, esta organización hará el papel de verificador en las negociaciones entre PSOE y Junts para hacer cumplir los acuerdos firmados para la investidura. ¿Y cómo se impondrá eso al Gobierno de España? Ya medio entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista ETA. Ellos se encargaban de levantar actas y asegurarse que estas eran firmadas por ambas partes. Pero era otro caso, con más de 800 asesinatos por medio, de los que más de 300 están impunes.

Junts primero, y ERC por su parte, se han impuesto a Sánchez. Faltan las propias negociaciones con Junqueras y los suyos y las reuniones de la propia comisión entre el Gobierno de España con la Generalitat. Los programas son parecidos, aunque el de Junts es el más osado. Y ahora hasta el PNV pide un referéndu,m. Para saber dónde estamos no hay que fiarse de los embustes de los edecanes de Sánchez. Es más fiable Junqueras, que nos acaba de revelar que llevaban tiempo negociando la amnistía, o la franqueza de Rufián, que dijo que, al PSOE, de Sánchez hay que imponerle las decisiones, como se le impusieron los indultos y la reforma del Código Penal. Pero lo de Ginebra es todavía peor porque evidencia que pone el Estado a los pies del fugado Puigdemont. Y la pregunta sigue siendo que los objetivos de este están claros y que su apoyo a Sánchez depende de que este cumpla sus compromisos. Y una cuestión final: El conflicto de una parte del vecindario civil de una región de España equiparado al conflicto de narcoterrorismo de las FAR con el Estado colombiano, al elegir como árbitro o mediador al mismo personaje salvadoreño que intervino en aquel y otros conflictos. ¿Cómo se puede defender este disparate?

Te puede interesar