Ayudar a la Iglesia en sus necesidades

Publicado: 10 nov 2023 - 03:45

Así está redactado el último de los casi desconocidos «cinco mandamientos de la Iglesia», que se proponen como los marcadores personales del mínimo vital cristiano: oír misa los domingos, confesar una vez al año, comulgar por pascua, vivir la cuaresma y ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Porque esta familia de la que formamos parte todos los bautizados tiene necesidad de medios materiales. Le hacen falta personas y locales al servicio de su tarea que es la evangelización: dar a conocer el mensaje de Jesucristo, celebrar los sacramentos, vivir la comunión y ejercitar la caridad acogiendo a los más necesitados… Ninguna de estas tareas y propósitos puede lograrse sin la libre colaboración de las personas y sin los medios materiales adecuados.

Por eso, en la historia de esta familia nuestra que es la Iglesia fueron apareciendo entre los fieles, y desde su inicio, inmemoriales modos y ostumbres de contribuir a remediar las necesidades de la comunidad cristiana, tanto con los distintos modos de cooperación del voluntariado, como también mediante la aportación de bienes para el cuidado y progreso de la comunidad, que nunca serán el pago por el servicio, pues frecuentemente, se trata de un bien espiritual de valor incalculable, sino que han de entenderse como una manifestación de gratitud y la ocasión y excusa para manifestar la responsabilidad de nuestra vinculación y pertenencia a la comunidad cristiana.

Con el ánimo de acrecentar la sensibilidad de todos los bautizados como miembros vivos y activos de esta familia que es la Iglesia, el papa y los obispos nos urgen a vivir la llamada sinodalidad, que es la invitación a repetir ahora la necesaria corresponsabilidad de todos, en orden a la nueva evangelización.

La celebración del Día de la Iglesia Diocesana, el domingo 12 de noviembre, puede ser un momento excelente para acercarse a la parroquia y preguntar en qué podemos ser útiles con nuestra cooperación personal y, seguramente también, la ocasión propicia de suscribir nuestra cuota voluntaria personal fija, para que el consejo parroquial pueda elaborar con mayor eficacia el presupuesto anual de sus acciones pastorales.

¡Que Dios os multiplique cuanto a él le deis!

(*) Sacerdote y periodista.

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