La autovía, todavía muy lejos

Pues no, para sorpresa de nadie, el Diario Oficioso del Gobierno ya ha avisado que va a ser muy difícil, prácticamente imposible, que haya Presupuestos del Estado este año -y van tres- porque las exigencias son inaceptables, etc. Las exigencias de sus propios socios, los mismos que le colocaron hace poco más de dos años. Así está la cosa. Lo que no queda claro es si Doc PS volverá a negarse a sí mismo y tampoco presentará las cuentas ante el Congreso, que es su obligación constitucional y algo con lo que acaba de comprometerse. Pero con Doc PS ningún compromiso es más que humo en el aire porque no se siente atado por sus palabras, como ha demostrado una y otra vez. Como parece que no habrá Presupuestos, tampoco tendremos avances significativos donde toca, en las partidas plurianuales que hay que registrar en los ministerios para desarrollar actuaciones como la salida sur ferroviaria o la nueva autovía a Porriño. Esta última no sería sino terminar una obra que se quedó a medias cuando se construyó la A-52 Benavente-Vigo, que murió en Porriño por motivos nunca del todo aclarados. Finalizar la autovía 30 años después debería ser una cuestión de Estado: la A-55, como reconoce el Gobierno en respuesta parlamentaria, en realidad no es una autovía, sino una carretera desdoblada que Tráfico ya considera oficialmente como la más peligrosa de la red nacional con sus siete tramos de alta accidentalidad. Nada que no sepan (sepamos) los miles de usuarios que cada día se la juegan subiendo y bajando Puxeiros. La solución planteada pasa por construir un túnel, una obra considerable para la que hacen falta dos cosas: decisión política y presupuesto. Lo primero exige un acuerdo de Estado que garantice la continuidad, pero lo segundo no hay ni probablemente habrá mientras Doc PS siga de presidente de un Gobierno incapaz de aprobar leyes y que parece estar a otra cosa. Ah, sobre la Vuelta, cuánto daño le hacen los boicoteadores (no los que protestan) a la causa palestina…