Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Hace 25 años el Gobierno decidió que la alta velocidad llegaría a Galicia con un trazado en forma de T, con una línea directa desde Ourense hasta Santiago, con bifurcación hacia Coruña y Vigo. Desde Vigo se apoyaba la propuesta de UGT en forma de L, similar al modelo de Cataluña, con una conexión única desde Ourense a Vigo y de ahí a las estaciones de Santiago y Coruña, lo que permitiría contar con más viajeros y frecuencias. A cambio, Coruña perdía algunos minutos en el viaje, entre 10 y 15 como máximo. Ya sabemos lo que pasó. Desde entonces, y ya ha pasado un cuarto de siglo, Vigo espera una línea AVE de verdad. Tren hay, pero no una conexión adecuada y llegar hasta Madrid supone más de cuatro horas muy lejos de lo prometido y comprometido. Hay tres soluciones.
La primera: que Renfe ponga un AVE directo a Madrid por la línea actual y sin detenerse. Permitiría hacer el viaje en tres horas y 45 minutos o incluso menos. Renfe de momento ha dicho “no” a la iniciativa planteada por el alcalde vigués, que como primera idea planteaba eliminar paradas, lo que soliviantó en Castilla y León.
La segunda: seguir esperando por Cerdedo. Hace más de 20 años, de premio de consolación, se puso en marcha el estudio de la variante de Cerdedo, que permitiría ir a Ourense sin pasar por Santiago en unos 40 minutos. No ha avanzado lo más mínimo en este tiempo y ni siquiera hay impacto ambiental aprobado después de seis años de estudios y otros dos más que faltan como mínimo, si es que al final hay luz verde. Y a partir de ahí, todavía un largo procedimiento administrativo y político por delante, en total no menos de diez años más. Lo único que ha cambiado en este tiempo es el coste, que ahora se coloca por encima de los 3.000 millones de euros.
La tercera: volver a la ficha de salida y apostar por el tren por el Miño, que exige modernizar la línea -proceso ya en marcha por el Ministerio de Transportes- y construir la salida sur ferroviaria, que respalda Portugal para que haya un AVE directo hasta Oporto y Lisboa. Sería lo más rápido y viable, unos 500 millones, y llevaría el tren de Vigo a Ourense en una hora o incluso algo menos. Pero habrá que esperar otros seis o siete años como mínimo, hasta 2032.
Para todo ello hace falta un Gobierno capaz de aprobar leyes y presupuestos y de pactar asuntos de Estado. Pero el “no” a hablar con el PP es el pegamento que une a sus socios del Muro, divergentes en lo demás. Tezanos asegura que Doc PS va como un tiro. No entiendo cómo no convoca elecciones.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último