Vilalonga recuerda a sus 23 ahogados

La parroquia de Vilalonga, en Sanxenxo, realizó ayer un emotivo homenaje a las 23 víctimas del naufragio que sucedió en la ensenada de Arnosa el 25 de febrero de 1940. El acto fue convocado por la asociación Memoria dos Afogados da Arnosa, constituida para recordar el accidente marítimo más grave ocurrido en la zona. 

Hace 85 años, un velero con 32 personas a bordo, en su gran mayoría mujeres y niños, se disponía a pasar un día de ocio y, de paso, 'apañar' algún marisco, pero un golpe de viento los llevó a la deriva en cuestión de minutos, llevándose la vida de 23 de ellos. Debido a los escasos medios de la época y a la situación (política y social) de entonces, el hecho fue prácticamente silenciado. Por ello, la asociación, en colaboración con el Concello de Sanxenxo y otras entidades vecinales y empresas, colocaron un monolito en el cementerio parroquial, próximo a la fosa donde fueron enterrados doce de los fallecidos. 

Unas 200 personas asistieron a la misa funeral celebrada en la iglesia del camposanto, tras la cual, Amalia Vilar, hermana de una de las víctimas del naufragio, y el presidente de la Asociación Memoria dos Afogados da Arnosa, Manuel Fernández, destaparon la piedra con una placa de bronce que incluye los nombres de todas las víctimas y sus edades, comprendidas entre los 6 y los 60 años. Algunos de los fallecidos eran miembros de una misma familia.

Al acto también asistieron los ediles Paz Lago y Yago Torres, de Sanxenxo; y los concelleiros Ramón Alfonso Piñeiro, Ramón Tilve y Mercedes Cousido, del Concello de Meaño. Todos ellos, junto a los familiares, depositaron ramos de flores delante del monolito. El coro parroquial de Vilalonga interpretó la canción "Negra Sombra" al mismo tiempo que se nombraba a cada una de las víctimas, momentos muy emotivos que se reflejaron en las lágrimas de los presentes. Un gran aplauso puso fin a ocho décadas de espera para este reconocimiento.

Lucha contra el olvido

Manuel Fernández es sobrino y hermano de fallecidos en el naufragio de Vilalonga y uno de los familiares que lucharon para que se llevara a cabo este reconocimiento, ya que los vecinos jóvenes de la zona apenas lo conocen. "Todo foi moi rápido e, por aquel entón, os que puideron enterráronse e os outros non, porque non había sitio para todos, e foron á fosa común", asegura Manuel. Para honrar este naufragio y darle el lugar que se merecían, los familiares crearon la comisión por la Memoria dos Afogados da Arnosa. 

El resultado de esta lucha colectiva, tras llamar a varias puertas institucionales, fue el homenaje vecinal e institucional de ayer, porque como aseguran desde la asociación: "a gran traxedia dun pobo non é a morte, é o olvido".