Así es la vida dentro de Armenteira

El monasterio cisterciense de Meis, fundado por San Ero en el siglo XII, cuenta con nueve religiosas que elaboran productos a base de camelias y mantienen una hospedería donde reina la paz en un lugar donde Dios puso su mano

Publicado: 04 may 2025 - 06:15 Actualizado: 04 may 2025 - 17:53

Las hermanas Lourdes y Paula, en el monasterio de Armenteira, en Meis.
Las hermanas Lourdes y Paula, en el monasterio de Armenteira, en Meis.

San Ero, caballero del Cid Campeador, solicitó permiso al rey Alfonso VII para fundar el Monasterio de Armenteira, en Meis, después de un sueño de 300 años tras el que dejó las armas y cumplió la promesa de construirlo en honor a la Virgen María. Así lo recogen las ‘Cantigas de Santa María’, de Alfonso X el Sabio y así, sea leyenda o verdad, comienza la larga historia de este monasterio hoy regentado por nueve religiosas de la orden del Císter.

Todas ellas son mujeres cultas, algunas con estudios universitarios, tienen entre 50 y 93 años y se rigen por la regla del ‘Ora et Labora’. “No somos una orden de contemplación, tenemos una vida muy intensa con unos deberes simples”, explica Sor Paula, una de las hermananas del monasterio y natural de Pontevedra.

Las hermanas Lourdes y Paula, dos de las religiosas de la orden del monasterio supervisan uno de los árboles de su jardín.
Las hermanas Lourdes y Paula, dos de las religiosas de la orden del monasterio supervisan uno de los árboles de su jardín. | I.L.

Su rutina diaria empieza a las 5 de la mañana con la primera oración de vísperas en silencio a la que le seguirán otras seis a lo largo del día combinadas con el trabajo, mayoritariamente centrado en la elaboración de productos cosméticos procedentes de su propia plantación de unas 60 camelias. Se trata de un proceso laborioso de extracción de las delicadas flores de las Rías Baixas con las que las hermanas confeccionan jabones, cremas para la piel y bálsamos, que venden en su tienda del refractario para su propia financiación y con la garantía de la Agencia Española del Medicamento. “A mayores enviamos las semillas a la Finca do Areeiro donde hacen el aceite de camelia y luego nos lo traen”. ¿Cuál es su producción habitual? “Vamos a demanda”, explica la hermana Paula y todo el proceso se hace en un edificio anexo con la maquinaria moderna necesaria para ello que lograron construir en el año 2015. Cada una de ellas tiene un papel en el proceso de elaboración, unas empaquetan, otras diseñan el etiquetado y otras trabajan en el laboratorio. Algunos productos les llevan dos horas y otros tres meses.

Jabones de Armenteira
Jabones de Armenteira | I.L.

A esta labor se le añade un pequeño invernadero para su cultivo propio y la atención de los peregrinos y visitantes, que no es masiva, pero sí constante, en este lugar por el que transcurre la Variante Espiritual del Camino Portugués y la Ruta da Pedra e da Auga.

Retiro espiritual

La hermana Paula lleva con ella un móvil para responder a las reservas, aunque también cuentan con el apoyo de una empresa externa que les echa una mano, “con nuestros mismos valores y respetuosos”, explica la religiosa. La hospedería cuenta con 25 plazas y se sitúa en el piso superior, mientras que el alojamiento para peregrinos está el inferior. Para ellos, las religiosas tienen siempre una mesa preparada con café, leche y algunos dulces, “como deferencia”. Hasta este rincón de O Salnés llegan desde Portugal, Eslovaquia, Bélgica, Italia o Inglaterra. Un voluntario inglés colabora en la atención a la entrada al claustro.

Una peregrina observa un rincón del claustro interior del Monasterio.
Una peregrina observa un rincón del claustro interior del Monasterio. | I.L.

El padre Santiago también apoya en la atención de la tienda a sus 87 años, entre oficios religiosos. Dentro de su historia vital está el haber sido compañero del papa Francisco. Ahora aporta su sabiduría y el italiano. Otros peregrinos entran, rezan o piden hablar con las hermanas, porque aquí puede alojarse todo aquel que busque un retiro espiritual, unos días de paz o “conectar con las raíces monásticas”, explica Sor Paula. Ellas dan las llaves a creyentes o no, y pueden acceder a un pequeño jardín intramuros y al comedor cuyo balcón mira hacia el imponente rosetón de la iglesia del siglo XII. “Dicen que es el Rosetón de piedra más grande que hay en Galicia”, explica la hermana Lourdes, otra de las religiosas de Armenteira.

La hospedería de Armenteira situada en la zona reformada.
La hospedería de Armenteira situada en la zona reformada. | I.L.

Lourdes llegó en el año 1988 desde su Navarra natal formando parte del grupo de mujeres que dio vida de nuevo a este monasterio. Sin embargo, uno de los problemas actuales es la falta de vocaciones que empieza a ser notable debido a la edad de algunas de ellas. El apagón reciente también tuvo su repercusión en este rincón de piedra al provocar la rotura del montacargas, “estamos intentando solucionarlo, pero es tan antiguo que no hay piezas de repuesto y hay que subir la comida a mano”, explica Lourdes sin perder esa alegría de quien está contenta con su vocación.

Las nueve realizan su última oración de laudes abierta al público a las 21.00 horas en una pequeña capilla situada en el lateral del claustro monacal, donde también proporcionan la bendición a los peregrinos. Durante este rezo dan las gracias, cantan canciones en gallego y castellano, y finalizan con la salve a la Virgen en latín con voces que llegan al alma del más agnóstico. Después se retiran a sus aposentos hasta la nueva madrugada. Si Dios quiere.

Fachada de la iglesia del monasterio de Armenteira del siglo XII.
Fachada de la iglesia del monasterio de Armenteira del siglo XII. | I.L.

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