Unos terapeutas que dejan huella

Los 30 usuarios del Centro de Día público de Cambados estrenaron la intervención asistida con animales de la mano de Nanuk y Nala, una iniciativa que lleva a cabo el Concello con colectivos vulnerables, y que es un éxito

Nanuk y los usuarios del Centro de Día de Cambados hacen uno de los ejercicios grupales con aros.
Nanuk y los usuarios del Centro de Día de Cambados hacen uno de los ejercicios grupales con aros. | I.L.

“Os animais se os tratas ben, son os mellores. Tan só lles falta falar”. Así explicó Marina, de 78 años y usuaria del Centro de Día público de Cambados, el estreno ayer de la terapia asistida con animales en estas instalaciones.

La actividad forma parte de un proyecto de Servizos Sociais del Concello del Salnés, con fondos de la Diputación, dirigido a colectivos vulnerables, entre los que se encuentran las 30 personas que acuden al Centro de Día. La edil responsable, Regina Núñez, explica que “ya pusimos en marcha esta terapia con menores que tenemos en seguimiento y, en este caso, estamos realizando una actividad dirigida a socializar y a mejorar la motricidad”. Las sesiones se realizarán cada quince días con una duración de unos 45 minutos.

Nanuk y Nala, de la empresa especializada Cocan, fueron las primeras terapeutas para los mayores cambadeses que, colaboraron en todo momento con juegos, caricias e incluso cogiéndolos en brazos. Tamara Calo, coordinadora del centro, explica que la intervención es abierta a todos los usuarios que deseen participar, pero “decidimos que participen personas con más autonomía y otras con menos. Queremos darle una oportunidad a aquellos que lo deseen, aunque teniendo en cuenta la situación de cada uno”. El objetivo principal, según Tamara, es “la interacción con los animales, con el grupo de iguales, el impacto que tienen en la conexión de grupo y el desarrollo cognitivo”.

Lola, otra usuaria de 83 años, sostiene a Nala en brazos y se resiste a soltarla porque, afirma “gústanme moito os animais”. Nala no protesta porque está entrenada para ello, según Cocan, cuyos profesionales están especializados en este tipo de intervenciones y llevan haciéndolas desde el 2019. Sin embargo, como en todo este tipo de terapias, los canes llevan a cabo un intenso entrenamiento y necesitan sus descansos. “Por eso las sesiones no duran más de una hora”.

Durante este primer encuentro, una de las primeras actividades fue un juego con aros, que Nanuk hizo a la perfección bajo la guía de personas como Manuel. A continuación, hubo una ronda de caricias en las que los dos canes y los pacientes estrecharon lazos y alguna que otra ‘pelea’ por compartir espacio.

Lola sostiene contenta en brazos a la otra perrita.
Lola sostiene contenta en brazos a la otra perrita. | I.L.

La sesión transcurrió tranquila con obediencia por parte de las dos ‘terapeutas’ y con paciencia por parte de todos, porque esta es una de las características de estos animales. Saben lo que tienen que hacer y sorprende su entrega ante un grupo desconocido.

Tras casi una hora, la sensación conjunta de la primera de estas terapias fue muy positiva para todas las partes.

El grupo de mayores lo tiene claro y lo expresó con las miradas, las sonrisas y la pregunta unánime: “¿cando volvemos a velos?”.

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