Cortegada, la isla que se alcanza a pie

El mayor bosque de laurel de Europa, las ruinas de un poblado en el que vivieron unos 250 habitantes, junto a uno de los hórreos más grandes de Galicia y un árbol de más de 500 años, son solo algunos de los tesoros que esconde la Isla de Cortegada, en la ría de Arousa.

El arquipiélago forma parte del Parque Nacional Illas Atlánticas desde el año 2002, y el pasado mes de abril, la Consellería de Cultura finalizó la restauración de su capilla del siglo XIV. Rita Vidal Mouriño, mariscadora de Carril y guía autorizada con la empresa AmarCarril, explica que “en la isla llegaron a vivir 20 familias, que trabajaban como en una cooperativa compartiendo un hórreo de 20 pies y un molino”. De ello, quedan los muros de piedra escondidos entre la espesa vegetación.

La carrileña cuenta que en un lateral del santuario se encuentra un pequeño lazareto, donde se aislaba a los enfermos. La iglesia fue trasladada piedra a piedra desde su emplazamiento original por el pueblo. Actualmente, la asociación vilagarciana O Faiado da Memoria expone en el templo las fotografías e historia de sus últimos isleños. Llegaron a tener una escuela que hoy es la rehabilitada vivienda de los guardias del parque.

Los habitantes de la isla vivían de los cultivos (todavía no se comercializaba el marisco) y de la venta de las algas, un abono excepcional. “Le llamaban el oro de Cortegada”. Pero el rey Alfonso XIII la visitó a principios del siglo XX y quedó maravillado decidiendo que construiría allí un palacio estival. Finalmente, la Historia no lo permitió y a su heredero, Juan de Borbón, no le interesó y la vendió por 60 millones de pesetas a la inmobiliaria Cortegada S. A. “De las 20 familias, 3 de ellas se negaron, pero al final, parece ser que las ‘convencieron’ y en 1978 pasó a manos de la empresa”, explica Rita.

Sin embargo, en los años 80 el pueblo de Carril se levantó y decidió luchar por la isla que siempre fue suya y tras un largo periplo, Cortegada es hoy un espacio protegido.

En uno de los grupos que guía Rita está Carmen, una vecina de Meis, quien recuerda que “hace años fuimos a pie y cuando era pequeña decían que no se podía entrar”. Esa es una de las cosas que más llama la atención de la isla más pequeña del parque nacional. Es posible llegar andando desde Carril con las mareas más bajas del año a través del Camiño do Carro, un sendero marino por el que cruzaban los habitantes de la isla con los carros y queda al descubierto cuando el mar regala este particular fenómeno. “Tenemos una salida para cruzar a pie prevista para septiembre ya llena y otra probablemente en octubre”, explica Rita Vidal. Si bien, esa opción solamente puede hacerse en unas mareas muy bajas y con un experto. “Además, llevamos lancha de apoyo por si alguien se asusta o decide regresar en ella”, explica Rita, quien añade que, a pesar del pequeño riesgo, “es un gran atractivo”.

Bosque encantado

La mejor opción para visitar la Isla de Cortegada es siempre con visitas guiadas, que tienen una duración de dos horas y media y son totalmente accesibles. Las realizan las compañías o empresas náuticas autorizadas manteniendo un cupo máximo diario de 250 personas.

Existes dos itinerarios. Uno de ellos, comprende 2,5 kilómetros y atraviesa el bosque encantado, donde se conservan todo tipo de árboles y frutales; y otro de 3,5 kilómetros. En el trayecto está el bosque de laurel, que proporciona el olor característico de la isla.

Alvamar Naútica es otra de las empresas que organiza viajes a la isla y, según explica su gerente, Bibiana F., la demanda es cada vez mayor. “Dependemos mucho del tiempo, por eso es difícil dar una cifra con antelación, pero tenemos peticiones todo el verano”. Además, desde el 15 de junio, existe la posibilidad de hacer algunas visitas gratuitamente y pueden hacerse todo el año en función de la climatología. Las lanchas, el transporte mayoritario, salen desde Carril y el puerto de Vilagarcía, con una duración del trayecto de apenas 10 minutos, incluso menos.

Desde el Parque Nacional confirman este atractivo de Cortegada, que el año pasado recibió a 9.262 personas, un incremento notable desde 2022, cuando se registraron 7.662 personas.

Hace 10 años, un incendio durante la noche del Carmen puso en alerta a Carril, que de nuevo volvió a salvarla, al no poder acceder los bomberos ni los helicópteros. Hoy solo queda un pequeño resquicio de aquello. Porque la naturaleza (o el apóstol Santiago), protegió siempre a Cortegada.