Así es un bollo de 6.000 huevos

Paradela, en Meis, presume de elaborar un postre de Pascua que entró en el Guiness de los Récords por el ser el más grande de su categoría. Este año, 25 vecinos lo volverán a hacer

El bollo de Pascua de Paradela elaborado por las fiestas de San Gregorio del pasado año.
El bollo de Pascua de Paradela elaborado por las fiestas de San Gregorio del pasado año.

La panadería Paradela, de Meis, volverá a elaborar el bollo de Pascua de San Gregorio con un total de 6.000 huevos. Se trata de un postre que entró en el Libro Guiness de los Récords en el año 2005, cuando un grupo de vecinos decidió preparar este gran dulce con los huevos que se donaban al santo y, desde entonces “es una tradición que no podemos abandonar porque es el fuerte de la romería”, explica el presidente de la Asociación Cultural San Gregorio, Fernando Sil Barcos.

Unos 25 vecinos de la parroquia de Meis y otras limítrofes prepararán el superbollo el sábado 26 de abril, tras la recogida previa de huevos durante toda la semana por las casas y donaciones particulares. A pesar de que la cantidad necesaria es grande y la materia prima afronta una crisis, “nós ímolo facer de todas formas porque xa temos un cálculo e ainda que están as cousas un pouco fastidiadas, seguro que o conseguimos. Senón teremos que mercar o que nos falta a última hora”, afirma Fernando.

Los panaderos voluntarios elaboran primero una gran masa a base de manteca para empezar el montaje del bollo, que tiene que cocerse en dos tandas porque de una sola vez no cabe. El molde tiene una longitud de 5 metros de largo por 2,20 de ancho. “Una vez que se saca de la cocción, se le colocan encima los huevos uno a uno y de pie”, explica Fernando.

Otra de las proezas es sacarlo del horno y darle la vuelta, para lo que se necesitan una decena de personas fuertes. Pero en Meis ya lo tienen previsto y afirman que “se fai falta veñen máis veciños”, asegura Fernando. El resultado de este trabajo colectivo es un postre que saldrá en procesión el domingo 27 de marzo, se ofrece en la misa a San Gregorio y después se reparte entre los asistentes de manera gratuita. Normalmente, la comisión de fiestas suele dar unas mil raciones, que se agotan rápidamente, ante la asistencia de centenares de personas a un pueblo que roza lo singular, con una Semana Santa viviente y esta romería para todos a los que no les amarga un dulce.

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