San Telmo necesita un milagro

El beato, santo popular venerado en la Diócesis viguesa como su patrón, lleva 300 años a la espera de su canonización oficial por el Vaticano

La imagen del beato Pedro González, San Telmo, vestido de dominico y con un barco saliendo de la catedral de Tui.
La imagen del beato Pedro González, San Telmo, vestido de dominico y con un barco saliendo de la catedral de Tui.

San Telmo, patrón de la ciudad de Tui y de toda la Diócesis de Tui-Vigo, no se llamaba Telmo sino Pedro González, y tampoco es santo, sino beato (la diferencia estriba en que la veneración tiene ámbito local, no universal), y como tal su ascenso definitivo a los altares por la puerta grande depende de un milagro que no llega… y ya han pasado 300 años desde su beatificación. Mientras tanto, continuará como ahora, siendo un santo pero solo de forma popular. Telmo es patrón del mar aunque era de tierra adentro, de Palencia, por una confusión con el San Telmo oficial, Sant Ermo, que ya era venerado por navegantes italianos, un obispo mártir, de época de Diocleciano. Tanto al beato Pedro como a San Erasmo (o Santo Ermo) se encomendaban los marineros. De una identidad de funciones – la protección de los hombres del mar – se pasó a una identidad de nombres: “Sant Ermo”, que derivaría en “San Telmo”. La causa de esa fusión tendría que ver con el intercambio comercial y cultural entre España e Italia. Así lo explica al menos el clérigo Guillermo Morado, doctor en Teología y la persona que más conoce en Tui-Vigo todo lo relacionado con la canonización del santo popular desde su posición en la Diócesis como profesor en el Instituto Teológico San José y en el Seminario de Santiago de Compostela y autor de una biografía sobre el patrón de Tui-Vigo. Que continúa siendo beato y no santo. Reconoce la canonización se trata de un asunto que lleva años en vía muerta. “No tengo noticia de que se haya abierto de nuevo el proceso, lo que hubo en su día fue una declaración de culto, que es equivalente, en el siglo XVIII, y así sigue desde entonces". Explica que para abrir el proceso de canonización hacen falta varios requisitos, algunos de los cuales se cumplen, y además acreditar el milagro. “Hay una cofradía, se divulga el culto, la vida de San Telmo, pero la diócesis como tal no ha nombrado un postulador para llevar el asunto adelante”, añade. El último intento se produjo con motivo del Sínodo Diocesano desarrollado hace unos años, cuando se hicieron consultas en Roma que confirmaron la validez de la oficialización del culto como beatificación y se vino a señalar el proceso a seguir para la canonización. “Lo que Roma pide en la actualidad es que se demuestre que el culto a San Telmo persiste y además, como mínimo, se pide un nuevo milagro”. Pero no llega. ”Hay interés en la diócesis de Tui-Vigo por la canonización de San Telmo. Su cuerpo descansa la catedral de Tui. Allí es invocado y venerado. Y para una iglesia local constituye un estímulo importante contar con esas “luces cercanas” que son los santos. Su canonización oficial sería una bendición para la diócesis", dice Guillermo Juan Morado.

El beato Pedro González nació a finales del siglo XII en Frómista y falleció en 1246 en Tui. Según se recoge en su biografía, se distinguió por su retórica y por haber acompañado al rey Fernando III, a quien instó a la toma de Córdoba y Sevilla, que en la práctica supuso el punto final a la Reconquista. Regresó de la campaña para predicar en Asturias y Galicia y en el norte de Portugal. De esta época se narra la mayoría de sus milagros, especialmente en ayuda de marineros y pescadores, por los que se dice que sentía particular simpatía.Se lo honra como patrono de los marineros, aunque nunca fue reconocido formalmente. El papa Benedicto XIV confirmó su culto como beato el 13 de diciembre de 1741. Ya sexagenario, se retiró a Tui. Mientras peregrinaba a Santiago, falleció tras caer enfermo. Fue sepultado en la catedral de Tui.

La iconografía del dominico con el mar

Pocos años después de su muerte ya circulaban en Galicia historias sobre milagros ocurridos tras su invocación. En 1258 el obispo de Tuy Gil Pérez de Cerveira envió al capítulo general de los dominicos de Toulouse una relación de 180 milagros, que sirvió de base para la inclusión de una breve biografía en la Vitae fratrum de Gérard de Frachet de 1260, aunque fue solamente en 1741 cuando a instancias del maestre general de la orden Tomás Ripoll, el papa Benedicto XIV lo reconoció como beato y autorizó su culto por la vía de la canonización equivalente. En 2016 las Cofradías de Tui, Oporto y Frómista se unieron para solicitar su canonización al papa Francisco, que fue obispo en el barrio de San Telmo de Buenos Aires. En la iconografía se le representa con el hábito de la orden dominica, llevando en la mano un cirio azul que representa al fuego de San Telmo, o con un pequeño barco; a veces se lo representa alimentando a los pescadores.

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