El curso del Tripes esconde el molino más antiguo de Galicia

Baixo Miño

La asociación que restaura estas construcciones organiza rutas, jonadas de puertas abiertas y romerías para divulgar el patrimonio etnográfico y cultural

El curso del río Tripes tiene más de cuarenta molinos que fueron de vital importancia en la economía de Tui y que estuvieron activos hasta los sesenta.
El curso del río Tripes tiene más de cuarenta molinos que fueron de vital importancia en la economía de Tui y que estuvieron activos hasta los sesenta.

Los molinos del Tripes son uno de los tesoros que esconde el monte Aloia (Tui). Son alrededor de unas cuarenta construcciones que salpican el curso de este río y que durante siglos suministraron la harina, el aceite y las semillas que utilizaban para teñir las pieles. Un legado etnográfico y cultural que la Asociación Muíñeiros do Tripes se encarga de preservar y divulgar con acciones como la jornada de puertas abiertas que celebran en Semana Santa o la romería “Os Fariñeiros, burros e muíños” que se clebró en mayo y la ruta nocturna a finales de octubre “Ao solpor dos muíños”.

Otra de las labores que llevan a cabo desde la asociación es la recuperación de los molinos que surcaban el cauce y de los que 25 integran la ruta que se puede visitar hoy en día. De ellos, tres están en funcionamiento después de trabajos de restauración y un cuarto se encuentra aún en pleno proceso de recuperación.

Pero quizá el proyecto más importante es la restauración del molino más cercano al casco urbano de Tui. Es uno de los molinos más antiguos de Galicia y comenzó a ser recuperado gracias a la intervención de la Asociación Muiñeiros do Tripes. La construcción podría tener más de 700 años, ya que los primeros escritos que hacen referencia al mismo data de 1371. Estos documentos se encuentran en el Archivo catedralicio, y en ellos se refieren al molino do Mañoco, que hacía parte de los 40 que jalonaban el curso del Tripes y que constituían un verdadero granero que abastecía a toda la comarca. Esta edificación también está recogida en el catálogo de Patrimonio de la Xunta, donde se le denomina como da Peregrina, nombre que podía derivar de su cercanía al Camino Portugués. Se trata de un edificio rectangular en perpiaño y cachotes, cubierto con un tejado a dos aguas, con dos bocas para alimentar las dos ruedas que poseía en un inicio. El molino tiene numerosos signos lapidarios, principalmente cruces. En la actualidad el estado de conservación es bastante aceptable, aunque le falta el tejado. Por el momento, y gracias a una subvención de la Xunta, limpiaron el terreno e hicieron unas catas arqueológicas. Sin embargo, ante la existencia de un puente que impide su visión desde el Camino Portugués, no han logrado más apoyos, aunque desde la Asociación Muiñeiros do Tripes están esperanzados en recibir nuevamente las ayudas institucionales una vez que desaparezca la infraestructura, según explicaba su presidente, Ricardo Da Silva.

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