Controles policiales en la raya del Miño por la cumbre OTAN

La cumbre de la OTAN que comenzó ayer en Madrid no solo ha transformado a la capital en un auténtico búnker, sino que ha invalidado la libre circulación de ciudadanos por el espacio Schengen de forma extraordinaria obligando a controlar las antiguas fronteras del país con Francia y Portugal. Uno de esos puntos de especial vigilancia se sitúa en los cinco puentes fronterizos del Miño. Desde el pasado día 22 y hasta el próximo 3 de julio Guardia Civil y Policía Nacional de Vigo intensifican la vigilancia.

Un subgrupo de la Unidad de Prevención y Reacción del Cuerpo (UPR) de la Comisaría viguesa se ha desplazado hasta la frontera tudense para controlar la llegada por Portugal de ciudadanos de otros países, ante el nivel alto de alerta antiterrorista y la posible presencia de grupos antisistema. Estos controles en los dos puentes sorprendieron ayer a decenas de conductores acostumbrados a circular entre municipios fronterizos. El otro subgrupo de la UPR, en total en el equipo una treintena de agentes, se encuentra en labores similares pero en Algeciras. Por su parte, efectivos de la Guardia Civil se ocupan de los otros tres pasos por Salvaterra, Tomiño y Arbo, informaron desde el instituto armado.

La participación de policías de Vigo en el dispositivo nacional de seguridad no acaba ahí. Los dos grupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), algo más de 70 agentes, se trasladaron a Madrid para formar parte del equipo de vigilancia en los puntos “calientes” de la capital, por donde se espera que pasen los 40 líderes internacionales y los más de 5.000 asistentes a una reunión clave.

En total, son más de 10.000 los efectivos desplegados en las calles madrileñas mientras dure el encuentro y que sitúa a España en el epicentro de la política mundial.