El veto de Trump a los musulmanes resucita de nuevo el antiamericanismo
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La polémica orden se enfrenta a la quejas de los países afectados, demandas judiciales y a la rebelión de cien diplomáticos
nnn La polémica orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cierra la puerta a refugiados y a inmigrantes de siete países musulmanes ha levantado una gran indignación, contraataques judiciales y diplomáticos y hace temer que renazca el sentimiento antiestadounidense en el mundo.
A las protestas del fin de semana en aeropuertos internacionales de todo Estados Unidos contra la prohibición, se sucedieron ayer las reacciones de países afectados por la suspensión de visados a nacionales de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Iraq, Yemen o Irán (que no han participado en ningún ataque terrorista en Estados Unidos con víctimas desde 1975, según datos del Instituto CATO). Los parlamentos de Irán e Iraq pidieron aplicar el principio de reciprocidad a los viajeros estadounidenses, un primer ejemplo de cómo la orden empuja a Iraq, un aliado estadounidense en la guerra contra el yihadismo, hacia Irán, estado también chií y adversario de Washington.
Los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham advirtieron de que el decreto de Trump podría convertirse en "una herida autoinfligida", que manda el mensaje equivocado a los musulmanes y puede acabar ayudando al reclutamiento de yihadistas.
Trump reaccionó a las críticas a su decreto, que afectó a personas en tránsito, incluso aquellos con residencia permanente, y aseguró que el plan es "buscar terroristas antes de que entren" en Estados Unidos. "El presidente quiere estar por delante de las amenazas y hacer todo lo posible por defender a los estadounidenses (...). El presidente no se va a quedar esperando", aseguró en rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
demandas judiciales
Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Islámico-estadounidenses (CAIR), anunció la presentación de una demanda judicial contra el decreto de Trump, criticado también por 15 fiscales generales de todo el país, entre ellos el del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, que considera que partes del decreto son "inconstitucionales" por no respetar el "debido proceso".
Un centenar de diplomáticos estadounidenses emitieron también ayer una queja interna contra la suspensión del programa de acogida de refugiados y la prohibición de entrada de inmigrantes de los siete países de mayoría musulmana y aseguraron que "no alcanzará su objetivo señalado de proteger al pueblo estadounidense de ataques terroristas de ciudadanos extranjeros".
La Casa Blanca salió al paso de esta rebelión de diplomáticos y les lanzó un ultimátum al pedirles que abandonen su cargo si no están dispuestos a aceptar la medida. "Deberían o bien ajustarse al programa o irse", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, durante su conferencia de prensa diaria.
Lo que parece claro es que la medida de la Casa Blanca de Trump no está basada en datos que demuestren que con la suspensión de las llegadas desde los países afectados se puede detener la entrada de terroristas extranjeros, que desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 (11S) contra Estados Unidos fueron mayoritariamente de nacionalidad saudí, egipcia, libanesa o paquistaní. De los 12 individuos que han cometido ataques desde el 11S, todos eran ciudadanos o residentes permanentes y siete son nacidos en Estados Unidos.
El exsubdirector de la CIA Michael Morell afirmó que la medida de Trump, además de no contar con casi planificación alguna, "va a empeorar las amenazas".
Obama afirma que "los valores de Estados Unidos están en peligro"
El expresidente de EEUU Barack Obama consideróayer que "los valores estadounidenses están en peligro", al tiempo que señaló estar "alentado" por el compromiso social en el país contra las medidas migratorias adoptadas por el actual presidente, Donald Trump.
"Ciudadanos ejerciendo su derecho constitucional de reunión, organización y haciendo que sus voces sean escuchadas por los oficiales electos es exactamente lo que esperamos ver cuando los valores estadounidenses están en peligro", informó el portavoz de Obama, Kevin Lewis, en un comunicado.
Esta es la primera declaración de Obama tras dejar la Casa Blanca el pasado 20 de enero, en que Trump asumió la presidencia del país.
"En su discurso oficial final como presidente, (Obama) habló sobre el importante papel de los ciudadanos y cómo todos los estadounidenses tienen la responsabilidad de ser los guardianes de nuestra democracia, no sólo durante las elecciones, sino todos los días", reiteró su portavoz, que se refirió también a la insistencia de Trump en que su decisión de detener temporalmente a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y frenar el recibimiento de refugiados sirios en Estados Unidos es similar a una decisión de Obama de 2011. "Con respecto a las comparaciones con las decisiones de política exterior del presidente Obama, el presidente fundamentalmente no está de acuerdo con la noción de discriminar a los individuos debido a su fe o religión", reiteró Lewis.
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