La UE confía en un trato con los talibanes para las evacuaciones

El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, confió ayer en que la UE pueda coordinar la manera de tratar con los talibanes para poder hacer llegar ayuda humanitaria en Afganistán y continuar las evacuaciones de quienes se vean amenazados allí. “Hoy nos vamos a concentrar en lo más operacional, cómo nos vamos a implicar con el nuevo poder en Afganistán”, indicó Borrell a su llegada a una reunión informal de los ministros de Exteriores comunitarios en Kranj (Eslovenia).

El jefe de la diplomacia europea dejó claro que ese tipo de contacto “no significa reconocimiento”, pero defendió que “ciertamente tenemos que desarrollar implicación con los talibanes para muchos asuntos”. En concreto, cómo hacer llegar la ayuda humanitaria a la población, para lo que mencionó la posibilidad de crear un “corredor humanitario”, y cómo sacar del país a quienes quieren abandonarlo y se encuentran en una situación vulnerable y no lograron hacerlo antes de la retirada de las tropas internacionales del aeropuerto de Kabul.

“Éste es el asunto más importante y acuciante”, aseveró. “Vamos a ver cómo podemos hacer eso de manera coordinada, poniendo condiciones, y de acuerdo al cumplimiento de esas condiciones y al tipo de Gobierno que formen los talibanes, nos implicaremos con éxito con ellos”, dijo.

UN GOBIERNO “INCLUSIVO”

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, abrió la puerta a “volver a tener una presencia diplomática en Kabul”, siempre y cuando los talibanes se comprometan a formar un Gobierno “inclusivo” en Afganistán, protejan los derechos de las mujeres y los derechos humanos y eviten que el país se convierta en un nuevo refugio para terroristas.

“Si queremos ayudar, también tenemos que tener una presencia diplomática sobre el terreno”, puntualizó Maas, si bien dijo que se trata de una cuestión que “no sólo” debe negociarse en el seno de la UE, ya que abrir embajadas supone un reconocimiento del régimen.

Las mujeres afganas protestan para pedir sus derechos robados

Una manifestación inédita desde que los talibanes tomaron el poder el pasado 15 de agosto, decenas de mujeres protestaron ayer en el oeste del país para pedir a los islamistas que les devuelvan sus derechos y les tengan en cuenta a la hora de participar en el futuro Gobierno de Afganistán. La protesta, que se prolongó durante horas en la ciudad de Herat, fue organizada por empleadas del Gobierno y activistas por los derechos de las mujeres, un desafío insólito a los islamistas desde su arrolladora llegada al poder, a pesar de que aseguraron que permitirán el trabajo femenino dentro de los límites del islam.

Las manifestantes reclamaron su participación en política y el derecho al trabajo y a la educación, teniendo muchas en mente el régimen talibán entre 1996 y 2001, cuando las mujeres fueron recluidas en el interior del hogar y se les prohibió estudiar. “Un Gobierno sin la presencia de mujeres no durará y no será estable. No aceptamos un gobierno sin su participación y nos opondremos a él”, dijo Basira Taheri, activista por los derechos de la mujer y organizadora del evento.

En la protesta, que tuvo lugar frente a la oficina del Gobernador de Herat, las manifestantes corearon consignas como “No tengas miedo, estamos unidas”, y pidieron a los talibanes que no devuelvan a las mujeres a la época de oscuridad de hace veinte años. “Las mujeres están marginadas por los talibanes desde que éstos se apoderaron de las principales ciudades afganas. Las mujeres no deberían estar marginadas”, criticó Taheri, que recordó cómo en los encuentros de los islamistas no hay representación femenina.

En las dos últimas décadas hubo mujeres ministras, embajadoras, funcionarias, pero ahora “¿dónde están las mujeres, no hay representación en sus reuniones”, remarcó. “Cuando las mujeres están ausentes en la toma de decisiones, ¿cómo podemos tener esperanzas de la presencia de mujeres en los gobiernos del futuro?”.

CRISIS ECONÓMICA

Mientras tanto los talibanes continúan dándole vueltas a su futuro Gobierno, sobre todo en lo que se refiere a su liderazgo, un esfuerzo que se aceleró tras la salida el lunes del último avión estadounidense, con la única certeza por ahora de que estará basado en la ley islámica o sharía.

Con la incertidumbre de quién gobernará el país y si la nueva administración se comprometerá a defender los derechos humanos, la comunidad internacional cortó el flujo de ayuda económica, acentuando la crisis. Las colas frente a los bancos recorren decenas de metros, con límites de retirada de dinero de hasta 200 dólares semanales, mientras los precios de los alimentos se disparan por la escasez y la alta demanda.