La sexta capital de provincia afgana cae ante los talibanes
La ciudad de Aybak se rindió a los insurgentes sin oponer resistencia y “sin que dispararan un tiro”
El rápido avance de los talibanes, que ayer lograron capturar una nueva capital de provincia afgana, la sexta que cae en menos de una semana, hace tambalearse un país cuya única salida para poner fin a dos décadas de conflicto parece encontrarse en las negociaciones de paz y la ayuda internacional. La ciudad de Aybak, capital de la provincia norteña de Samangan, se convirtió ayer en la sexta capital regional del país en caer en manos de los insurgentes, después de que las fuerzas nacionales se rindiesen ante los combatientes sin ofrecer resistencia.
La representante por Samangan en la Cámara baja del Parlamento, Mahbuba Rahmat, aseguró que tras varios meses tratando de resistir la ofensiva talibán, la capital se rindió ante ellos “sin que dispararan un solo tiro”. La captura de esta provincia supone un logro territorial de gran importancia estratégica para los insurgentes, ya que la región es atravesada por una carretera que conecta con la provincia de Balkh, donde también se están produciendo ataques.
Esta nueva conquista de los talibanes se une a la captura de las capitales provinciales de las septentrionales Sar-e-Pol, Kunduz y Takhar; de la noroccidental Jawzjan, fronteriza con Turkmenistán, y de la región suroccidental de Nimroz, que limita con Irán. Ayer se produjeron además combates en al menos 13 de las 34 provincias afganas, durante los cuales 579 talibanes murieron y 61 resultaron heridos, según el Ministerio de Defensa.
“LOS NIÑOS NO DEBEN PAGAR”
Los choques entre las fuerzas nacionales y los talibanes en varias partes del país dejaron también al menos 27 niños muertos y 136 heridos en la últimas 72 horas, denunció ayer Unicef. “Los niños no deberían pagar por este empeoramiento del conflicto con su infancia”, anotó Unicef, que aboga por “un cese completo de las hostilidades” para proteger a los niños de Afganistán.
Este rápido avance de los talibanes coincidió con el inicio de la fase final de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán el pasado 1 de mayo, que está previsto que concluya este mes. Desde entonces, los insurgentes se hicieron con más de 125 centros de distrito, la primera vez en dos décadas de guerra que los talibanes logran el control de tantas zonas en tan poco tiempo.
Ante esta situación, la Misión de la ONU en Afganistán pidió ayer prevenir el daño a la población civil y recordó que los países “vecinos y de la región pueden jugar un rol crucial” para la paz y estabilidad de Afganistán. Esta opinión la comparten intelectuales afganos como Sarwar Ahmadzai, analista político y miembro de la Academia de Ciencias de Afganistán (ASA). “La comunidad internacional, en particular los Estados Unidos, no deberían abandonar Afganistán de manera irresponsable y deben ejercer suficiente presión por todos los medios sobre Pakistán y los talibanes para prepararlos para unas conversaciones fructíferas que pongan fin a la crisis actual”, dijo Ahmadzai.
El analista destacó además que una guerra civil “podría representar una amenaza” para el mundo, “porque un Afganistán inestable podría convertirse en epicentro y santuario de los terroristas regionales e internacionales”.
El veterano periodista y analista político Sediq Hussaini añadió además que, tras la retirada de las tropas extranjeras, la comunidad internacional debería “proporcionar equipo militar y armas modernas al Gobierno afgano y, lo más importante, apoyo aéreo continuo a las fuerzas afganas en la lucha contra los militantes”.
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