Rusia y Ucrania se reúnen y pactan cambiar prisioneros

Moscú advierte de que las negociaciones de paz serán “difíciles” y no espera “avances milagrosos”

La primera reunión que tuvieron Rusia y Ucrania en Estambul buscando firmar la paz.
La primera reunión que tuvieron Rusia y Ucrania en Estambul buscando firmar la paz.

Delegaciones de Ucrania y Rusia acordaron ayer un nuevo intercambio de prisioneros en la primera reunión de una nueva ronda de negociaciones, la tercera desde el inicio de la invasión rusa, en la ciudad turca de Estambul. El equipo ruso, liderado por Vladimir Medinsky, llegó primero, seguido por la delegación ucraniana encabezada por Rustem Umerov.

Las reuniones previas en mayo y junio solo lograron pactar intercambios de prisioneros y cuerpos de soldados, sin avances en el alto el fuego ni en la solución política. El Kremlin anticipa que estas negociaciones serán “muy difíciles” y minimiza cualquier posibilidad de progreso. Por su parte, Ucrania insiste en que “todo dependerá de si Rusia deja de dar ultimátums y adopta una postura constructiva”.

Las posiciones siguen enfrentadas: Rusia exige la retirada de Ucrania de cuatro regiones que afirma haber anexado, algo que Kiev rechaza categóricamente y que considera “inaceptable”. Ucrania también descarta cualquier negociación territorial antes de un alto el fuego y nunca reconocerá la anexión de Crimea.

Mientras tanto, la ofensiva rusa continúa con intensos bombardeos y ataques con drones en varias zonas del país. La tensión internacional crece, con Estados Unidos presionando a Rusia para que alcance un acuerdo bajo amenaza de sanciones más duras, y Turquía exhortando a ambas partes a no cerrar la puerta al diálogo.

Este nuevo encuentro refleja la complejidad y el estancamiento del conflicto tras más de tres años y medio de guerra, con expectativas bajas pero con la esperanza de avanzar en algunos puntos esenciales para evitar una escalada mayor. La delegación ucraniana ha manifestado que espera que estas conversaciones sirvan para preparar el terreno a una posible reunión entre los presidentes Zelenski y Putin, aunque reconocen que ese paso aún está lejos. Al mismo tiempo, la comunidad internacional sigue observando con preocupación el desarrollo del conflicto y las negociaciones, consciente de las graves consecuencias.

En este contexto marcado por el conflicto, la presión diplomática aumenta, con actores globales que buscan mantener abierta la vía del diálogo pese a las diferencias irreconciliables. Los observadores señalan que, sin un cambio significativo en las posturas de ambas partes, el conflicto podría prolongarse, generando más sufrimiento y desestabilización regional. Las conversaciones, aunque limitadas, mantienen la esperanza de encontrar algún punto de acuerdo que alivie la crisis y evite una escalada mayor.

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