La protesta contra la política “cero covid” alcanza ya Pekín

El pueblo chino se echa a la calle al grito de “no queremos PCR ni mascarillas, queremos libertad”

Agencias

Publicado: 28 nov 2022 - 01:25

Un manifestante corea consigna en una calle de Pekín.
Un manifestante corea consigna en una calle de Pekín.

Decenas de personas protestaron ayer en el centro de Pekín contra la política oficial de “cero covid”, uniéndose a la ola de movilizaciones de los últimos días a lo largo de ciudades de toda China. Imágenes difundidas en las redes sociales muestran a varios cientos de personas en los márgenes del río Liangma, en el poblado distrito de Chaoyang, que cantan y gritan consignas como “no más confinamientos”, muchos de ellos enarbolando folios en blanco. Se trata de la primera protesta numerosa que se registra en las calles de la capital, si bien en esta jornada también se registraron actos de este tipo en la pequinesa universidad de Tsinghua, una de las más importantes del país y “alma mater” del presidente chino, Xi Jinping, y otras destacadas figuras históricas.

Las protestas se iniciaron a partir de una vigilia con velas y flores organizada en memoria de las víctimas del incendio de Urumqi, la capital de la provincia de Xinjiang, después de la cual la gente comenzó a marchar de forma pacífica por las calles aledañas y a gritar “¡bajad!” a los vecinos asomados a las ventanas de los edificios. La zona, cercana al distrito financiero y a las sedes de la mayor parte de las embajadas presentes en la capital china, fue inmediatamente acordonada por la policía, aunque por el momento no se registraron choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.

“No queremos PCR ni mascarillas, queremos libertad” fue otro de los gritos coreados por los manifestantes, que también cantaron “La Internacional” e himnos en chino. En las principales redes sociales chinas, como Weibo -equivalente a Twitter, inaccesible en el país-, las referencias a esta protesta aparecen bajo la etiqueta “Desfile de Pekín”, pero las publicaciones son censuradas y desaparecen con rapidez.

Aunque el hartazgo de la población china por la draconiana política contra la pandemia que imponen las autoridades ya era patente desde hace meses, la muerte de diez personas en el incendio en un edificio aparentemente confinado en Urumqi el jueves ha prendido la mecha de actos de rechazo en numerosos puntos del país. Antes de Pekín ya se habían registrado en los últimos dos días vigilias y protestas en otras grandes ciudades como Shanghái, Nanjing o Wuhan, de acuerdo a vídeos difundidos en las redes sociales occidentales, mientras la prensa oficial mantiene silencio sobre el asunto.

La capital china, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta ahora sus niveles más altos de contagios. Según el último parte oficial, este sábado fueron detectados más de 4.300 nuevos casos, de los que el 82 % son asintomáticos, de acuerdo con las autoridades sanitarias. Estas cifras, bajas para los estándares internacionales pero intolerables para las autoridades chinas, se han traducido en restricciones y confinamientos que afectan a buena parte de la población de la capital, como ya ha sucedido este año en otras partes del país.

En la última semana han ido cerrando sus puertas en Pekín los colegios y numerosos comercios y restaurantes, buena parte de las oficinas ha pasado a la modalidad de teletrabajo y un elevado número de urbanizaciones y complejos de edificios se encuentra bajo confinamiento.

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